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¡Extienda el Fuego! | |||||||
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No es un error gramatical que la palabra "extienda" termine con la letra a. La palabra está en imperativo, porque Dios nos da la orden de extender lo que Él está haciendo.Justo antes de ascender a los cielos, nuestro Señor victorioso dijo:"Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" Lucas 24:46-49.La orden fue que se quedaran en Jerusalén hasta que fuesen investidos de poder de lo alto, que sería el resultado de recibir "la promesa" y luego, (no antes) podrían cumplir la orden de predicar en todas las naciones. En Hechos 1:8, Lucas escribe las palabras de Jesús:"pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".En otras palabras, reciban el fuego del Espíritu Santo y luego, ¡Extiéndanlo!¡Y ellos lo hicieron! El patrón de lo que la iglesia debe ser a través de los siglos está en el libro de los Hechos del Espíritu Santo (a través de los apóstoles y otros).¡Qué poder!¡Qué crecimiento explosivo!¡Qué manifestaciones de la presencia del Espíritu de Dios!Nunca me canso de leer y leer el patrón de lo que la iglesia debe ser.El conocido erudito y maestro de las Escrituras Ralph Mahoney, nos aclara lo que el apóstol Pablo escribe en Efesios 5:18: "No os embriagues con vino, en lo cual hay disolución, antes bien, continuamente estén llenándose del Espíritu Santo".Es una acción continua. ¡Esta es la razón por la cual Dios sigue viniendo en visitaciones y avivamiento del Espíritu Santo!
Yo creo que la mayoría de los líderes de iglesias y creyentes maduros están de acuerdo en que urgentemente necesitamos un avivamiento espiritual. Es cierto que en algunos lugares, Dios ya está bendiciendo de una manera poderosa. Pero en la mayoría de nuestras iglesias, sea cual sea la denominación o grupo al que pertenezca, no estamos viendo la clase de crecimiento evangelístico y vitalidad espiritual ejemplificado en el libro de Hechos. La realidad es que tampoco estamos bautizando en grandes cantidades. Aun en el caso de las iglesiasque están experimentando crecimiento explosivo, no necesariamente todos son almas nuevas. En muchos casos, parte de su membresía son personas que ya eran cristianas que simplemente se han cambiado a esa otra iglesia donde posiblemente vean más vitalidad. Y en México, particularmente, tenemos que reconocer que aun el porcentaje de personas nacidas de nuevo es muy bajo, en comparación con otros países hispanoamericanos como Guatemala, Chile y Brasil. Nos gozamos con los datos oficiales de que estados como Campeche ya son más del 30 porciento evangélico, pero también tenemos los estados como San Luis Potosí, Guanajuato y otros, donde, a pesar de los muchos esfuerzos de líderes comprometidos con Dios, el porcentaje sigue siendo menos del dos por ciento. ¡Necesitamos urgentemente la visitación del Espíritu Santo!
Parte de nuestro problema es que hemos desarrollado una maquinaria que anda lo suficientemente bien, sin la necesidad del Espíritu Santo. A.W. Tozer en cierta ocasión comentó que si Dios sacara al Espíritu Santo de este mundo, la mayor parte de lo que la iglesia está haciendo hoy día continuaría, y nadie notaría la diferencia. Ya nos hemos quedado muy cómodos con nuestras propias maneras de hacer las cosas… pero no necesariamente son estas las que vienen con la bendición y el poder de Dios. Necesitamos orar por un avivamiento de tanto poder, que nos parezcamos más a la iglesia primitiva del libro de Hechos. En ese tiempo maravilloso había gran libertad en el Espíritu. ¡Uno nunca podía saber que estaba por suceder! Y sin embargo, había excelente enseñanza de la Palabra también. Ese sano equilibrio entre la Palabra y el Espíritu es uno de nuestros grandes desafíos hoy en día.
D.L. Moody fue poderosamente usado por Dios en avivamiento durante la segunda mitad del siglo XIX. Miles de personas llegaron a los pies de Cristo a través de su ministerio tanto en los Estados unidos como Inglaterra y otros países. En una ocasión, él dijo lo siguiente: "Él Espíritu de Dios… primero imparte amor; después, Él imparte esperanza y después, da libertad… y esto es lo que menos hay en gran cantidad de nuestras iglesias del presente día. Lamento decir que tiene que haber un funeral en una gran cantidad de nuestras iglesias antes de que se pueda hacer gran parte de la obra; tendremos que enterrar el formalismo tan profundamente, que nunca resucite. ¡Lo último que encontramos en muchas de nuestras iglesias es libertad!". De lo que muchos no se dan cuenta es que D.L. Moody era un simple laico, quien, a los ojos de la iglesia establecida, no contaba con las "credenciales" ni la preparación necesaria para ser ordenado al ministerio. Es más, este hombre tan sencillo cometía frecuentes errores al pronunciar palabras, y en sus escritos, abundaban los errores de ortografía. Y sin embargo, ¡fue quien trajo más personas a los pies de Cristo en esa época! ¿Cuál fue el secreto?
El inicio de su ministerio de más poder se originó de lo que muchos hubieran tachado como un final trágico a un ministerio ya floreciente: los edificios donde él ministraba en Chicago habían sido totalmente consumidos por el gran fuego de Chicago. Pocas semanas después él se dirigió a Nueva York para tratar de levantar fondos para un nuevo edificio. Su corazón estaba acongojado, pero la pérdida material no era la razón principal. Según sus propias palabras: "Micorazón no estaba en la obra de procurar fondos. En todo momento estaba yo clamándole a Dios que me llenara de Su Espíritu Santo. Bueno, un día, en la ciudad de Nueva York - ¡oh, qué día! No lo puedo describir. Rara vez me refiero a esto; es unaexperiencia casi demasiado sagrada para nombrarla… sólo puedo decir que Dios se reveló a mí, y que tuve tal experiencia en Su amor que no podía seguir viviendo por la intensidad de la experiencia. Comencé a predicar nuevamente. Los mensajes no eran diferentes, no presenté nuevas verdades, y sin embargo, cientos eran convertidos. ¡Yo no regresaría al lugar donde estuve anteriormente aunque me fueran a dar el mundo!
¡Oh, que todos pudiéramos recibir, al igual que el Sr. Moody, algo fresco del Espíritu Santo que revolucione nuestras vidas espirituales! Hoy día, hay grandes avances médicos que están alargando considerablemente el tiempo de vida promedio de la raza humana. Pero… cómo vivimos, es más importante que cuánto vivimos. ¿Cuál es el propósito de vivir una vida larga si solo es para ocupar el tiempo y el espacio? Más importante aún, comparado con la eternidad, no importa cuántos años vivamos, siguen siendo como la nada en comparación con la eternidad. El mundo físico que tanto atrae no tendrá el menor significado el instante en que hayamos pasado a la eternidad. ¡Yo quiero estar totalmente rendido a Dios! ¿Qué de usted? ¡Yo no quiero vivir la vida a medias. Quiero experimentar lo que significa estar lleno del Espíritu Santo de la manera en que lo intencionó Dios. El prometió que a través del Evangelio y la unción del Espíritu, nuestras vidas serían usadas para traer bendición y esperanza a las multitudes. Eso significa mucho más para mí, que logros y honor terrenales. No quiero un título. No quiero ser famoso, conocer a algún dignatario terrenal, ni quiero ser rico. Lo único que quiero es ser en investido por Dios de su Espíritu, para que pueda extender el fuego. ¡Ayúdame a hacerlo!
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Por: Hno. Victor Richards
¡Extienda el Fuego! |
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No es un error gramatical que la palabra "extienda" termine con la letra a. La palabra está en imperativo, porque Dios nos da la orden de extender lo que Él está haciendo.Justo antes de ascender a los cielos, nuestro Señor victorioso dijo:"Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" Lucas 24:46-49.La orden fue que se quedaran en Jerusalén hasta que fuesen investidos de poder de lo alto, que sería el resultado de recibir "la promesa" y luego, (no antes) podrían cumplir la orden de predicar en todas las naciones. En Hechos 1:8, Lucas escribe las palabras de Jesús:"pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".En otras palabras, reciban el fuego del Espíritu Santo y luego, ¡Extiéndanlo!¡Y ellos lo hicieron! El patrón de lo que la iglesia debe ser a través de los siglos está en el libro de los Hechos del Espíritu Santo (a través de los apóstoles y otros).¡Qué poder!¡Qué crecimiento explosivo!¡Qué manifestaciones de la presencia del Espíritu de Dios!Nunca me canso de leer y leer el patrón de lo que la iglesia debe ser.El conocido erudito y maestro de las Escrituras Ralph Mahoney, nos aclara lo que el apóstol Pablo escribe en Efesios 5:18: "No os embriagues con vino, en lo cual hay disolución, antes bien, continuamente estén llenándose del Espíritu Santo".Es una acción continua. ¡Esta es la razón por la cual Dios sigue viniendo en visitaciones y avivamiento del Espíritu Santo!
Yo creo que la mayoría de los líderes de iglesias y creyentes maduros están de acuerdo en que urgentemente necesitamos un avivamiento espiritual. Es cierto que en algunos lugares, Dios ya está bendiciendo de una manera poderosa. Pero en la mayoría de nuestras iglesias, sea cual sea la denominación o grupo al que pertenezca, no estamos viendo la clase de crecimiento evangelístico y vitalidad espiritual ejemplificado en el libro de Hechos. La realidad es que tampoco estamos bautizando en grandes cantidades. Aun en el caso de las iglesiasque están experimentando crecimiento explosivo, no necesariamente todos son almas nuevas. En muchos casos, parte de su membresía son personas que ya eran cristianas que simplemente se han cambiado a esa otra iglesia donde posiblemente vean más vitalidad. Y en México, particularmente, tenemos que reconocer que aun el porcentaje de personas nacidas de nuevo es muy bajo, en comparación con otros países hispanoamericanos como Guatemala, Chile y Brasil. Nos gozamos con los datos oficiales de que estados como Campeche ya son más del 30 porciento evangélico, pero también tenemos los estados como San Luis Potosí, Guanajuato y otros, donde, a pesar de los muchos esfuerzos de líderes comprometidos con Dios, el porcentaje sigue siendo menos del dos por ciento. ¡Necesitamos urgentemente la visitación del Espíritu Santo!
Parte de nuestro problema es que hemos desarrollado una maquinaria que anda lo suficientemente bien, sin la necesidad del Espíritu Santo. A.W. Tozer en cierta ocasión comentó que si Dios sacara al Espíritu Santo de este mundo, la mayor parte de lo que la iglesia está haciendo hoy día continuaría, y nadie notaría la diferencia. Ya nos hemos quedado muy cómodos con nuestras propias maneras de hacer las cosas… pero no necesariamente son estas las que vienen con la bendición y el poder de Dios. Necesitamos orar por un avivamiento de tanto poder, que nos parezcamos más a la iglesia primitiva del libro de Hechos. En ese tiempo maravilloso había gran libertad en el Espíritu. ¡Uno nunca podía saber que estaba por suceder! Y sin embargo, había excelente enseñanza de la Palabra también. Ese sano equilibrio entre la Palabra y el Espíritu es uno de nuestros grandes desafíos hoy en día.
D.L. Moody fue poderosamente usado por Dios en avivamiento durante la segunda mitad del siglo XIX. Miles de personas llegaron a los pies de Cristo a través de su ministerio tanto en los Estados unidos como Inglaterra y otros países. En una ocasión, él dijo lo siguiente: "Él Espíritu de Dios… primero imparte amor; después, Él imparte esperanza y después, da libertad… y esto es lo que menos hay en gran cantidad de nuestras iglesias del presente día. Lamento decir que tiene que haber un funeral en una gran cantidad de nuestras iglesias antes de que se pueda hacer gran parte de la obra; tendremos que enterrar el formalismo tan profundamente, que nunca resucite. ¡Lo último que encontramos en muchas de nuestras iglesias es libertad!". De lo que muchos no se dan cuenta es que D.L. Moody era un simple laico, quien, a los ojos de la iglesia establecida, no contaba con las "credenciales" ni la preparación necesaria para ser ordenado al ministerio. Es más, este hombre tan sencillo cometía frecuentes errores al pronunciar palabras, y en sus escritos, abundaban los errores de ortografía. Y sin embargo, ¡fue quien trajo más personas a los pies de Cristo en esa época! ¿Cuál fue el secreto?
El inicio de su ministerio de más poder se originó de lo que muchos hubieran tachado como un final trágico a un ministerio ya floreciente: los edificios donde él ministraba en Chicago habían sido totalmente consumidos por el gran fuego de Chicago. Pocas semanas después él se dirigió a Nueva York para tratar de levantar fondos para un nuevo edificio. Su corazón estaba acongojado, pero la pérdida material no era la razón principal. Según sus propias palabras: "Micorazón no estaba en la obra de procurar fondos. En todo momento estaba yo clamándole a Dios que me llenara de Su Espíritu Santo. Bueno, un día, en la ciudad de Nueva York - ¡oh, qué día! No lo puedo describir. Rara vez me refiero a esto; es unaexperiencia casi demasiado sagrada para nombrarla… sólo puedo decir que Dios se reveló a mí, y que tuve tal experiencia en Su amor que no podía seguir viviendo por la intensidad de la experiencia. Comencé a predicar nuevamente. Los mensajes no eran diferentes, no presenté nuevas verdades, y sin embargo, cientos eran convertidos. ¡Yo no regresaría al lugar donde estuve anteriormente aunque me fueran a dar el mundo!
¡Oh, que todos pudiéramos recibir, al igual que el Sr. Moody, algo fresco del Espíritu Santo que revolucione nuestras vidas espirituales! Hoy día, hay grandes avances médicos que están alargando considerablemente el tiempo de vida promedio de la raza humana. Pero… cómo vivimos, es más importante que cuánto vivimos. ¿Cuál es el propósito de vivir una vida larga si solo es para ocupar el tiempo y el espacio? Más importante aún, comparado con la eternidad, no importa cuántos años vivamos, siguen siendo como la nada en comparación con la eternidad. El mundo físico que tanto atrae no tendrá el menor significado el instante en que hayamos pasado a la eternidad. ¡Yo quiero estar totalmente rendido a Dios! ¿Qué de usted? ¡Yo no quiero vivir la vida a medias. Quiero experimentar lo que significa estar lleno del Espíritu Santo de la manera en que lo intencionó Dios. El prometió que a través del Evangelio y la unción del Espíritu, nuestras vidas serían usadas para traer bendición y esperanza a las multitudes. Eso significa mucho más para mí, que logros y honor terrenales. No quiero un título. No quiero ser famoso, conocer a algún dignatario terrenal, ni quiero ser rico. Lo único que quiero es ser en investido por Dios de su Espíritu, para que pueda extender el fuego. ¡Ayúdame a hacerlo!
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¡Extienda el Fuego! |
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No es un error gramatical que la palabra "extienda" termine con la letra a. La palabra está en imperativo, porque Dios nos da la orden de extender lo que Él está haciendo.Justo antes de ascender a los cielos, nuestro Señor victorioso dijo:"Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" Lucas 24:46-49.La orden fue que se quedaran en Jerusalén hasta que fuesen investidos de poder de lo alto, que sería el resultado de recibir "la promesa" y luego, (no antes) podrían cumplir la orden de predicar en todas las naciones. En Hechos 1:8, Lucas escribe las palabras de Jesús:"pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".En otras palabras, reciban el fuego del Espíritu Santo y luego, ¡Extiéndanlo!¡Y ellos lo hicieron! El patrón de lo que la iglesia debe ser a través de los siglos está en el libro de los Hechos del Espíritu Santo (a través de los apóstoles y otros).¡Qué poder!¡Qué crecimiento explosivo!¡Qué manifestaciones de la presencia del Espíritu de Dios!Nunca me canso de leer y leer el patrón de lo que la iglesia debe ser.El conocido erudito y maestro de las Escrituras Ralph Mahoney, nos aclara lo que el apóstol Pablo escribe en Efesios 5:18: "No os embriagues con vino, en lo cual hay disolución, antes bien, continuamente estén llenándose del Espíritu Santo".Es una acción continua. ¡Esta es la razón por la cual Dios sigue viniendo en visitaciones y avivamiento del Espíritu Santo!
Yo creo que la mayoría de los líderes de iglesias y creyentes maduros están de acuerdo en que urgentemente necesitamos un avivamiento espiritual. Es cierto que en algunos lugares, Dios ya está bendiciendo de una manera poderosa. Pero en la mayoría de nuestras iglesias, sea cual sea la denominación o grupo al que pertenezca, no estamos viendo la clase de crecimiento evangelístico y vitalidad espiritual ejemplificado en el libro de Hechos. La realidad es que tampoco estamos bautizando en grandes cantidades. Aun en el caso de las iglesiasque están experimentando crecimiento explosivo, no necesariamente todos son almas nuevas. En muchos casos, parte de su membresía son personas que ya eran cristianas que simplemente se han cambiado a esa otra iglesia donde posiblemente vean más vitalidad. Y en México, particularmente, tenemos que reconocer que aun el porcentaje de personas nacidas de nuevo es muy bajo, en comparación con otros países hispanoamericanos como Guatemala, Chile y Brasil. Nos gozamos con los datos oficiales de que estados como Campeche ya son más del 30 porciento evangélico, pero también tenemos los estados como San Luis Potosí, Guanajuato y otros, donde, a pesar de los muchos esfuerzos de líderes comprometidos con Dios, el porcentaje sigue siendo menos del dos por ciento. ¡Necesitamos urgentemente la visitación del Espíritu Santo!
Parte de nuestro problema es que hemos desarrollado una maquinaria que anda lo suficientemente bien, sin la necesidad del Espíritu Santo. A.W. Tozer en cierta ocasión comentó que si Dios sacara al Espíritu Santo de este mundo, la mayor parte de lo que la iglesia está haciendo hoy día continuaría, y nadie notaría la diferencia. Ya nos hemos quedado muy cómodos con nuestras propias maneras de hacer las cosas… pero no necesariamente son estas las que vienen con la bendición y el poder de Dios. Necesitamos orar por un avivamiento de tanto poder, que nos parezcamos más a la iglesia primitiva del libro de Hechos. En ese tiempo maravilloso había gran libertad en el Espíritu. ¡Uno nunca podía saber que estaba por suceder! Y sin embargo, había excelente enseñanza de la Palabra también. Ese sano equilibrio entre la Palabra y el Espíritu es uno de nuestros grandes desafíos hoy en día.
D.L. Moody fue poderosamente usado por Dios en avivamiento durante la segunda mitad del siglo XIX. Miles de personas llegaron a los pies de Cristo a través de su ministerio tanto en los Estados unidos como Inglaterra y otros países. En una ocasión, él dijo lo siguiente: "Él Espíritu de Dios… primero imparte amor; después, Él imparte esperanza y después, da libertad… y esto es lo que menos hay en gran cantidad de nuestras iglesias del presente día. Lamento decir que tiene que haber un funeral en una gran cantidad de nuestras iglesias antes de que se pueda hacer gran parte de la obra; tendremos que enterrar el formalismo tan profundamente, que nunca resucite. ¡Lo último que encontramos en muchas de nuestras iglesias es libertad!". De lo que muchos no se dan cuenta es que D.L. Moody era un simple laico, quien, a los ojos de la iglesia establecida, no contaba con las "credenciales" ni la preparación necesaria para ser ordenado al ministerio. Es más, este hombre tan sencillo cometía frecuentes errores al pronunciar palabras, y en sus escritos, abundaban los errores de ortografía. Y sin embargo, ¡fue quien trajo más personas a los pies de Cristo en esa época! ¿Cuál fue el secreto?
El inicio de su ministerio de más poder se originó de lo que muchos hubieran tachado como un final trágico a un ministerio ya floreciente: los edificios donde él ministraba en Chicago habían sido totalmente consumidos por el gran fuego de Chicago. Pocas semanas después él se dirigió a Nueva York para tratar de levantar fondos para un nuevo edificio. Su corazón estaba acongojado, pero la pérdida material no era la razón principal. Según sus propias palabras: "Micorazón no estaba en la obra de procurar fondos. En todo momento estaba yo clamándole a Dios que me llenara de Su Espíritu Santo. Bueno, un día, en la ciudad de Nueva York - ¡oh, qué día! No lo puedo describir. Rara vez me refiero a esto; es unaexperiencia casi demasiado sagrada para nombrarla… sólo puedo decir que Dios se reveló a mí, y que tuve tal experiencia en Su amor que no podía seguir viviendo por la intensidad de la experiencia. Comencé a predicar nuevamente. Los mensajes no eran diferentes, no presenté nuevas verdades, y sin embargo, cientos eran convertidos. ¡Yo no regresaría al lugar donde estuve anteriormente aunque me fueran a dar el mundo!
¡Oh, que todos pudiéramos recibir, al igual que el Sr. Moody, algo fresco del Espíritu Santo que revolucione nuestras vidas espirituales! Hoy día, hay grandes avances médicos que están alargando considerablemente el tiempo de vida promedio de la raza humana. Pero… cómo vivimos, es más importante que cuánto vivimos. ¿Cuál es el propósito de vivir una vida larga si solo es para ocupar el tiempo y el espacio? Más importante aún, comparado con la eternidad, no importa cuántos años vivamos, siguen siendo como la nada en comparación con la eternidad. El mundo físico que tanto atrae no tendrá el menor significado el instante en que hayamos pasado a la eternidad. ¡Yo quiero estar totalmente rendido a Dios! ¿Qué de usted? ¡Yo no quiero vivir la vida a medias. Quiero experimentar lo que significa estar lleno del Espíritu Santo de la manera en que lo intencionó Dios. El prometió que a través del Evangelio y la unción del Espíritu, nuestras vidas serían usadas para traer bendición y esperanza a las multitudes. Eso significa mucho más para mí, que logros y honor terrenales. No quiero un título. No quiero ser famoso, conocer a algún dignatario terrenal, ni quiero ser rico. Lo único que quiero es ser en investido por Dios de su Espíritu, para que pueda extender el fuego. ¡Ayúdame a hacerlo!
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