 |
 |
El dominio del creyente | |||||||
|
He oído por años que los cristianos tenemos que vivir como gusanos, arrastrándonos por el suelo en lo que muchos llaman ‘humildad’, pero que en realidad es derrota. Yo fui instruido para considerar como normal el temor, la miseria económica, la enfermedad, complejos, depresión, pensamientos que atormentan, pleitos familiares, mal genio, ser iracundo y un sin número de otros problemas. Ahora, digo que, ¡YA BASTA! Ya basta que pensemos y vivamos así. Hemos sido escogidos por Jesucristo, para reinar en vida, según las Escrituras en Romanos 5:17, Dios nos ha escogido para reinar en esta vida, ¡AQUÍ EN LA TIERRA! ¿Estás tú reinando en vida? ¿Ganando la victoria sobre tus tentaciones? ¿Sobre la enfermedad? ¿Sobre tus temores? ¿O te sientes víctima de las circunstancias? El Señor Jesucristo ejerció domino sobre todas las fuerzas del enemigo cuando anduvo aquí en la tierra en cuerpo mortal y Él ha puesto este mismo dominio y autoridad en nuestras manos. Él reinó en vida y nos ha prometido que podemos hacer lo mismo. Jesús dijo en Lucas 10:19; “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo y nada os dañará”. ¿Qué clase de cristiano eres tú? ¿Eres de los que viven en esta potestad o dominio que Jesús nos ha prometido? ¿O eres como tantos otros cristianos, débil, derrotado, temeroso y pisoteado por el enemigo? Observa cuidadosamente en el versículo anterior, cuatro puntos clave en lo que dijo Jesús. 1. Os doy potestad. Esta potestad YA nos ha sido dada como derecho de herencia, por Jesús. 2. Os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones. En vez de ser pisoteados por el enemigo, nosotros podemos pisotearlo a él. En el contexto de esta Escritura, serpientes y escorpiones son símbolo de toda clase de obra satánica. 3. Os doy potestad… sobre toda fuerza del enemigo. El dominio que Jesús nos da, es más poderoso y extenso que todas las fuerzas que tenemos que confrontar. 4. Y nada os dañará. Jesús, no solo nos ha dado el poder de hacer daño al enemigo, sino que también nos protege de la venganza infernal. Cuando comprendí la grandeza de las promesas del Señor, pude reconocer dos cosas. Primeramente, lo que soy en Jesús y segundo, la autoridad que tengo como creyente. Cuando empecé a usar esta autoridad, mi vida cambió por completo. Creo firmemente que tu vida también cambiará si aprendes los principios bíblicos sobre el dominio. La victoria es nuestra, pero tenemos que apropiarnos de ella. Esto me hace recordar la historia verídica que sucedió hace más o menos cien años. Un hombre inglés compró un boleto para viajar desde Londres a Nueva York. Tuvo que gastar casi todo su dinero en el boleto, así que no tenía para las comidas en el comedor del barco. Entonces antes de zarpar, compró galletas saladitas y un trozo de queso; y a la hora del desayuno, la comida y la cena, cuando los demás pasajeros estaban comiendo en el comedor del barco, el inglés iba a su camarote y comía su humilde provisión. El viaje duró más de 15 días y cuando ya se acercaba a su destino, el capitán del barco le comentó que no lo había visto en el comedor. Muy apenado, el hombre agachó su cabeza y le explicó que no tenía suficiente dinero para las comidas. ¡Cuál fue la sorpresa de nuestro amigo inglés cuando el capitán le informó que el precio de su boleto incluía todas las comidas del viaje! Este hombre había vivido esos 15 días como un pobre mendigo cuando pudiera haber gozado de la rica y abundante provisión que le pertenecía por derecho. Su falta de información, su ignorancia, le robó. Hay muchos cristianos que viven en la misma situación. La bodega celestial está llena de bendiciones mientras ellos viven en miseria, sin darse cuenta, que por haber sido comprados por la sangre de Cristo, ahora tienen derecho a esas bendiciones que Jesús ya ganó por nosotros. He encontrado que hay tres ‘ladronas’ que roban a algunos cristianos de una vida victoriosa. Yo las llamo ‘las tres íes’: · IGNORANCIA · INCREDULIDAD · INACTIVIDAD LA IGNORANCIA de lo que somos en Cristo, de lo que tenemos en Él, ha robado a multitud de personas de su herencia total. “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento”, Oseas 4:6. LA INCREDULIDAD es otra ladrona. Algunas personas ven las promesas en la Biblia, pero piensan que sólo eran para los apóstoles o que son para ‘cristianos especiales’, pero que ellos no son dignos o suficiente buenos para recibir esas promesas. LA INACTIVDAD es la tercera ladrona. Las victorias espirituales se logran con la fe enérgica, por eso los cristianos perezosos y pasivos no alcanzan el potencial que Dios quiere. Es necesaria reconocer una verdad muy importante: ÚNICAMENTE EN EL CONFLICTO PODEMOS GANAR TERRENO AL ENEMIGO. Recuerda lo que dijo Jesús; “El ladrón (Satanás), no viene sino para hurtar, matar y destruir”, Juan 10:10. No vamos a ganar lo que el enemigo ha robado si somos pasivos. Tenemos que entrar en el conflicto, en vez de esperar a que el diablo nos ataque. No tenemos que aguantar ya más la enfermedad, la miseria, los pensamientos atormentadores, el pecado dominante, el temor demoníaco, la derrota matrimonial o familiar, la tentación irresistible, o el dolor persistente. ¡No somos títeres controlados por una fuerza maligna! “Somos MAS QUE VENCEDORES por medio de aquel que nos amó”, Romanos 8:37. “Dios SIEMPRE nos lleva en TRIUNFO en Cristo Jesús”, 2ª Corintios 2:14.Para ejercer este glorioso dominio necesitamos actuar positivamente, para eso quiero señalarte tres pasos a seguir: PASO UNO: RECONOCE LA FUENTE DE TU DOMINIO Estoy seguro que todos los que lean esto dirán que la fuente de su dominio es Dios, o Cristo, y ciertamente así es, pero vamos a profundizar un poco más que entenderlo con precisión. Encontramos en Efesios 1:17 al 21 a San Pablo que nos dice: “Pido a Dios… que alumbre los ojos de vuestro entendimiento para que sepáis cuál es… la supereminente grandeza de su poder para con nosotros… la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre… y sometió todas las cosas bajo sus pies”. Quiero pedirte que leas el texto dos o tres veces antes de seguir. La fuente de nuestro dominio es el mismo poder que hizo a Jesús el poderoso Señor de todo lo que existe. Este poder está a nuestro alcance si tan sólo lo reconocemos, lo creemos y nos apropiamos de él. ¡No somos gusanos arrastrándonos! ¡No tenemos que ser víctimas de nuestras circunstancias! ¡Ni seres sin fuerza que tienen que aguantar los ataques del enemigo! Mis amados, ¡somos más que vencedores, porque el mismo poder que resucitó a Jesús de entre los muertos, está operando en nosotros! PASO DOS: IDENTIFICA AL ENEMIGO Y SUS DEBILIDADES Demasiadas veces la gente culpa a Dios por sus problemas cuando en realidad, Él no es el autor de estos, sino Satanás. He oído a personas decir: “Dios me está probando con esta enfermedad”. “Mi esposo me abandonó por otra mujer, sé que es una prueba de Dios”. “Mis hijos son rebeldes y están tomando drogas, pero Dios tiene sus propósitos”. Amados, Dios no envía sufrimiento, rebeldía o derrota, sino que todo esto viene del enemigo. Tu vida cambiará radicalmente con tan sólo reconocer que Dios no es autor de las tragedias y el sufrimiento. Tal vez alguien pregunte, “¿y por qué, entonces, Dios lo permite si es mayor y más fuerte que Satanás?” La respuesta es tan sencilla como la pregunta: Dios no es quien lo permite, sino nosotros, por nuestra IGNORANCIA, INCREDULIDAD E INACTIVIDAD, y en consecuencia, por no haber aprendido a vivir en DOMINIO para protegernos de las asechanzas del diablo. Una verdad absoluta que debemos conocer, es el hecho de que Satanás es nuestro enemigo y no la gente. Efesios 6:12 confirma esta verdad, cuando dice que tenemos luchas con fuerzas satánicas y no con las personas. De manera que ni el esposo alcohólico, ni hijos rebeldes, ni los vecinos son nuestros enemigos, sino Satanás; y nosotros tenemos autoridad sobre él, si tan solo nos decidimos a usarla. Puesto que tenemos identificado al enemigo, necesitamos reconocer que él no es todopoderoso. Sí, es verdad que tiene poder, pero también tiene debilidades y lo podemos dominar si actuamos en la fuerza que Dios nos da. Santiago 4:7 dice que si nos sometemos a Dios y resistimos al diablo, él huirá de nosotros. Sí, él huirá, porque Jesús es mayor que Satanás que está en el mundo, así dice 1ª Juan 4:4. En una batalla o conflicto, el que huye no es el más poderoso, ¿verdad? Medita en esto y te va a bendecir grandemente. PASO TRES: APRENDE Y USA EFICAZMENTE LAS ARMAS DE NUESTRO DOMINIO “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la DESTRUCCIÓN de fortalezas, DERRIBANDO argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y LLEVANDO CAUTIVO todo pensamiento a la obediencia a Cristo”, 2ª Corintios 10:3-5. ¿Cuáles son estas armas poderosas con las que podemos destruir, derribar y llevar cautivo? El mismo texto declara ampliamente que estas armas no son carnales. No son puños, cuchillos o rifles. No son gritos abusivos, ni amenazas. Al contrario, son armas poderosísimas con las cuales venceremos. Seguramente hay muchas armas que el cristiano puede utilizar, pero aquí vamos a considerar sólo cuatro: · LA PALABRA · LA FE · LA ORACIÓN · LA ALABANZA Estaremos hablando con más detalle acerca de cada una de estas armas en la siguiente oportunidad. |
|
||||||
Ver Mas | |||||||
Por: Hno. Victor Richards
El dominio del creyente |
|
He oído por años que los cristianos tenemos que vivir como gusanos, arrastrándonos por el suelo en lo que muchos llaman ‘humildad’, pero que en realidad es derrota. Yo fui instruido para considerar como normal el temor, la miseria económica, la enfermedad, complejos, depresión, pensamientos que atormentan, pleitos familiares, mal genio, ser iracundo y un sin número de otros problemas. Ahora, digo que, ¡YA BASTA! Ya basta que pensemos y vivamos así. Hemos sido escogidos por Jesucristo, para reinar en vida, según las Escrituras en Romanos 5:17, Dios nos ha escogido para reinar en esta vida, ¡AQUÍ EN LA TIERRA! ¿Estás tú reinando en vida? ¿Ganando la victoria sobre tus tentaciones? ¿Sobre la enfermedad? ¿Sobre tus temores? ¿O te sientes víctima de las circunstancias? El Señor Jesucristo ejerció domino sobre todas las fuerzas del enemigo cuando anduvo aquí en la tierra en cuerpo mortal y Él ha puesto este mismo dominio y autoridad en nuestras manos. Él reinó en vida y nos ha prometido que podemos hacer lo mismo. Jesús dijo en Lucas 10:19; “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo y nada os dañará”. ¿Qué clase de cristiano eres tú? ¿Eres de los que viven en esta potestad o dominio que Jesús nos ha prometido? ¿O eres como tantos otros cristianos, débil, derrotado, temeroso y pisoteado por el enemigo? Observa cuidadosamente en el versículo anterior, cuatro puntos clave en lo que dijo Jesús. 1. Os doy potestad. Esta potestad YA nos ha sido dada como derecho de herencia, por Jesús. 2. Os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones. En vez de ser pisoteados por el enemigo, nosotros podemos pisotearlo a él. En el contexto de esta Escritura, serpientes y escorpiones son símbolo de toda clase de obra satánica. 3. Os doy potestad… sobre toda fuerza del enemigo. El dominio que Jesús nos da, es más poderoso y extenso que todas las fuerzas que tenemos que confrontar. 4. Y nada os dañará. Jesús, no solo nos ha dado el poder de hacer daño al enemigo, sino que también nos protege de la venganza infernal. Cuando comprendí la grandeza de las promesas del Señor, pude reconocer dos cosas. Primeramente, lo que soy en Jesús y segundo, la autoridad que tengo como creyente. Cuando empecé a usar esta autoridad, mi vida cambió por completo. Creo firmemente que tu vida también cambiará si aprendes los principios bíblicos sobre el dominio. La victoria es nuestra, pero tenemos que apropiarnos de ella. Esto me hace recordar la historia verídica que sucedió hace más o menos cien años. Un hombre inglés compró un boleto para viajar desde Londres a Nueva York. Tuvo que gastar casi todo su dinero en el boleto, así que no tenía para las comidas en el comedor del barco. Entonces antes de zarpar, compró galletas saladitas y un trozo de queso; y a la hora del desayuno, la comida y la cena, cuando los demás pasajeros estaban comiendo en el comedor del barco, el inglés iba a su camarote y comía su humilde provisión. El viaje duró más de 15 días y cuando ya se acercaba a su destino, el capitán del barco le comentó que no lo había visto en el comedor. Muy apenado, el hombre agachó su cabeza y le explicó que no tenía suficiente dinero para las comidas. ¡Cuál fue la sorpresa de nuestro amigo inglés cuando el capitán le informó que el precio de su boleto incluía todas las comidas del viaje! Este hombre había vivido esos 15 días como un pobre mendigo cuando pudiera haber gozado de la rica y abundante provisión que le pertenecía por derecho. Su falta de información, su ignorancia, le robó. Hay muchos cristianos que viven en la misma situación. La bodega celestial está llena de bendiciones mientras ellos viven en miseria, sin darse cuenta, que por haber sido comprados por la sangre de Cristo, ahora tienen derecho a esas bendiciones que Jesús ya ganó por nosotros. He encontrado que hay tres ‘ladronas’ que roban a algunos cristianos de una vida victoriosa. Yo las llamo ‘las tres íes’: · IGNORANCIA · INCREDULIDAD · INACTIVIDAD LA IGNORANCIA de lo que somos en Cristo, de lo que tenemos en Él, ha robado a multitud de personas de su herencia total. “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento”, Oseas 4:6. LA INCREDULIDAD es otra ladrona. Algunas personas ven las promesas en la Biblia, pero piensan que sólo eran para los apóstoles o que son para ‘cristianos especiales’, pero que ellos no son dignos o suficiente buenos para recibir esas promesas. LA INACTIVDAD es la tercera ladrona. Las victorias espirituales se logran con la fe enérgica, por eso los cristianos perezosos y pasivos no alcanzan el potencial que Dios quiere. Es necesaria reconocer una verdad muy importante: ÚNICAMENTE EN EL CONFLICTO PODEMOS GANAR TERRENO AL ENEMIGO. Recuerda lo que dijo Jesús; “El ladrón (Satanás), no viene sino para hurtar, matar y destruir”, Juan 10:10. No vamos a ganar lo que el enemigo ha robado si somos pasivos. Tenemos que entrar en el conflicto, en vez de esperar a que el diablo nos ataque. No tenemos que aguantar ya más la enfermedad, la miseria, los pensamientos atormentadores, el pecado dominante, el temor demoníaco, la derrota matrimonial o familiar, la tentación irresistible, o el dolor persistente. ¡No somos títeres controlados por una fuerza maligna! “Somos MAS QUE VENCEDORES por medio de aquel que nos amó”, Romanos 8:37. “Dios SIEMPRE nos lleva en TRIUNFO en Cristo Jesús”, 2ª Corintios 2:14.Para ejercer este glorioso dominio necesitamos actuar positivamente, para eso quiero señalarte tres pasos a seguir: PASO UNO: RECONOCE LA FUENTE DE TU DOMINIO Estoy seguro que todos los que lean esto dirán que la fuente de su dominio es Dios, o Cristo, y ciertamente así es, pero vamos a profundizar un poco más que entenderlo con precisión. Encontramos en Efesios 1:17 al 21 a San Pablo que nos dice: “Pido a Dios… que alumbre los ojos de vuestro entendimiento para que sepáis cuál es… la supereminente grandeza de su poder para con nosotros… la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre… y sometió todas las cosas bajo sus pies”. Quiero pedirte que leas el texto dos o tres veces antes de seguir. La fuente de nuestro dominio es el mismo poder que hizo a Jesús el poderoso Señor de todo lo que existe. Este poder está a nuestro alcance si tan sólo lo reconocemos, lo creemos y nos apropiamos de él. ¡No somos gusanos arrastrándonos! ¡No tenemos que ser víctimas de nuestras circunstancias! ¡Ni seres sin fuerza que tienen que aguantar los ataques del enemigo! Mis amados, ¡somos más que vencedores, porque el mismo poder que resucitó a Jesús de entre los muertos, está operando en nosotros! PASO DOS: IDENTIFICA AL ENEMIGO Y SUS DEBILIDADES Demasiadas veces la gente culpa a Dios por sus problemas cuando en realidad, Él no es el autor de estos, sino Satanás. He oído a personas decir: “Dios me está probando con esta enfermedad”. “Mi esposo me abandonó por otra mujer, sé que es una prueba de Dios”. “Mis hijos son rebeldes y están tomando drogas, pero Dios tiene sus propósitos”. Amados, Dios no envía sufrimiento, rebeldía o derrota, sino que todo esto viene del enemigo. Tu vida cambiará radicalmente con tan sólo reconocer que Dios no es autor de las tragedias y el sufrimiento. Tal vez alguien pregunte, “¿y por qué, entonces, Dios lo permite si es mayor y más fuerte que Satanás?” La respuesta es tan sencilla como la pregunta: Dios no es quien lo permite, sino nosotros, por nuestra IGNORANCIA, INCREDULIDAD E INACTIVIDAD, y en consecuencia, por no haber aprendido a vivir en DOMINIO para protegernos de las asechanzas del diablo. Una verdad absoluta que debemos conocer, es el hecho de que Satanás es nuestro enemigo y no la gente. Efesios 6:12 confirma esta verdad, cuando dice que tenemos luchas con fuerzas satánicas y no con las personas. De manera que ni el esposo alcohólico, ni hijos rebeldes, ni los vecinos son nuestros enemigos, sino Satanás; y nosotros tenemos autoridad sobre él, si tan solo nos decidimos a usarla. Puesto que tenemos identificado al enemigo, necesitamos reconocer que él no es todopoderoso. Sí, es verdad que tiene poder, pero también tiene debilidades y lo podemos dominar si actuamos en la fuerza que Dios nos da. Santiago 4:7 dice que si nos sometemos a Dios y resistimos al diablo, él huirá de nosotros. Sí, él huirá, porque Jesús es mayor que Satanás que está en el mundo, así dice 1ª Juan 4:4. En una batalla o conflicto, el que huye no es el más poderoso, ¿verdad? Medita en esto y te va a bendecir grandemente. PASO TRES: APRENDE Y USA EFICAZMENTE LAS ARMAS DE NUESTRO DOMINIO “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la DESTRUCCIÓN de fortalezas, DERRIBANDO argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y LLEVANDO CAUTIVO todo pensamiento a la obediencia a Cristo”, 2ª Corintios 10:3-5. ¿Cuáles son estas armas poderosas con las que podemos destruir, derribar y llevar cautivo? El mismo texto declara ampliamente que estas armas no son carnales. No son puños, cuchillos o rifles. No son gritos abusivos, ni amenazas. Al contrario, son armas poderosísimas con las cuales venceremos. Seguramente hay muchas armas que el cristiano puede utilizar, pero aquí vamos a considerar sólo cuatro: · LA PALABRA · LA FE · LA ORACIÓN · LA ALABANZA Estaremos hablando con más detalle acerca de cada una de estas armas en la siguiente oportunidad. |
Ver Mas |
Lecturas Recomendadas |
|||
 |
 |
 |
 |
El dominio del creyente |
|
He oído por años que los cristianos tenemos que vivir como gusanos, arrastrándonos por el suelo en lo que muchos llaman ‘humildad’, pero que en realidad es derrota. Yo fui instruido para considerar como normal el temor, la miseria económica, la enfermedad, complejos, depresión, pensamientos que atormentan, pleitos familiares, mal genio, ser iracundo y un sin número de otros problemas. Ahora, digo que, ¡YA BASTA! Ya basta que pensemos y vivamos así. Hemos sido escogidos por Jesucristo, para reinar en vida, según las Escrituras en Romanos 5:17, Dios nos ha escogido para reinar en esta vida, ¡AQUÍ EN LA TIERRA! ¿Estás tú reinando en vida? ¿Ganando la victoria sobre tus tentaciones? ¿Sobre la enfermedad? ¿Sobre tus temores? ¿O te sientes víctima de las circunstancias? El Señor Jesucristo ejerció domino sobre todas las fuerzas del enemigo cuando anduvo aquí en la tierra en cuerpo mortal y Él ha puesto este mismo dominio y autoridad en nuestras manos. Él reinó en vida y nos ha prometido que podemos hacer lo mismo. Jesús dijo en Lucas 10:19; “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo y nada os dañará”. ¿Qué clase de cristiano eres tú? ¿Eres de los que viven en esta potestad o dominio que Jesús nos ha prometido? ¿O eres como tantos otros cristianos, débil, derrotado, temeroso y pisoteado por el enemigo? Observa cuidadosamente en el versículo anterior, cuatro puntos clave en lo que dijo Jesús. 1. Os doy potestad. Esta potestad YA nos ha sido dada como derecho de herencia, por Jesús. 2. Os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones. En vez de ser pisoteados por el enemigo, nosotros podemos pisotearlo a él. En el contexto de esta Escritura, serpientes y escorpiones son símbolo de toda clase de obra satánica. 3. Os doy potestad… sobre toda fuerza del enemigo. El dominio que Jesús nos da, es más poderoso y extenso que todas las fuerzas que tenemos que confrontar. 4. Y nada os dañará. Jesús, no solo nos ha dado el poder de hacer daño al enemigo, sino que también nos protege de la venganza infernal. Cuando comprendí la grandeza de las promesas del Señor, pude reconocer dos cosas. Primeramente, lo que soy en Jesús y segundo, la autoridad que tengo como creyente. Cuando empecé a usar esta autoridad, mi vida cambió por completo. Creo firmemente que tu vida también cambiará si aprendes los principios bíblicos sobre el dominio. La victoria es nuestra, pero tenemos que apropiarnos de ella. Esto me hace recordar la historia verídica que sucedió hace más o menos cien años. Un hombre inglés compró un boleto para viajar desde Londres a Nueva York. Tuvo que gastar casi todo su dinero en el boleto, así que no tenía para las comidas en el comedor del barco. Entonces antes de zarpar, compró galletas saladitas y un trozo de queso; y a la hora del desayuno, la comida y la cena, cuando los demás pasajeros estaban comiendo en el comedor del barco, el inglés iba a su camarote y comía su humilde provisión. El viaje duró más de 15 días y cuando ya se acercaba a su destino, el capitán del barco le comentó que no lo había visto en el comedor. Muy apenado, el hombre agachó su cabeza y le explicó que no tenía suficiente dinero para las comidas. ¡Cuál fue la sorpresa de nuestro amigo inglés cuando el capitán le informó que el precio de su boleto incluía todas las comidas del viaje! Este hombre había vivido esos 15 días como un pobre mendigo cuando pudiera haber gozado de la rica y abundante provisión que le pertenecía por derecho. Su falta de información, su ignorancia, le robó. Hay muchos cristianos que viven en la misma situación. La bodega celestial está llena de bendiciones mientras ellos viven en miseria, sin darse cuenta, que por haber sido comprados por la sangre de Cristo, ahora tienen derecho a esas bendiciones que Jesús ya ganó por nosotros. He encontrado que hay tres ‘ladronas’ que roban a algunos cristianos de una vida victoriosa. Yo las llamo ‘las tres íes’: · IGNORANCIA · INCREDULIDAD · INACTIVIDAD LA IGNORANCIA de lo que somos en Cristo, de lo que tenemos en Él, ha robado a multitud de personas de su herencia total. “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento”, Oseas 4:6. LA INCREDULIDAD es otra ladrona. Algunas personas ven las promesas en la Biblia, pero piensan que sólo eran para los apóstoles o que son para ‘cristianos especiales’, pero que ellos no son dignos o suficiente buenos para recibir esas promesas. LA INACTIVDAD es la tercera ladrona. Las victorias espirituales se logran con la fe enérgica, por eso los cristianos perezosos y pasivos no alcanzan el potencial que Dios quiere. Es necesaria reconocer una verdad muy importante: ÚNICAMENTE EN EL CONFLICTO PODEMOS GANAR TERRENO AL ENEMIGO. Recuerda lo que dijo Jesús; “El ladrón (Satanás), no viene sino para hurtar, matar y destruir”, Juan 10:10. No vamos a ganar lo que el enemigo ha robado si somos pasivos. Tenemos que entrar en el conflicto, en vez de esperar a que el diablo nos ataque. No tenemos que aguantar ya más la enfermedad, la miseria, los pensamientos atormentadores, el pecado dominante, el temor demoníaco, la derrota matrimonial o familiar, la tentación irresistible, o el dolor persistente. ¡No somos títeres controlados por una fuerza maligna! “Somos MAS QUE VENCEDORES por medio de aquel que nos amó”, Romanos 8:37. “Dios SIEMPRE nos lleva en TRIUNFO en Cristo Jesús”, 2ª Corintios 2:14.Para ejercer este glorioso dominio necesitamos actuar positivamente, para eso quiero señalarte tres pasos a seguir: PASO UNO: RECONOCE LA FUENTE DE TU DOMINIO Estoy seguro que todos los que lean esto dirán que la fuente de su dominio es Dios, o Cristo, y ciertamente así es, pero vamos a profundizar un poco más que entenderlo con precisión. Encontramos en Efesios 1:17 al 21 a San Pablo que nos dice: “Pido a Dios… que alumbre los ojos de vuestro entendimiento para que sepáis cuál es… la supereminente grandeza de su poder para con nosotros… la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre… y sometió todas las cosas bajo sus pies”. Quiero pedirte que leas el texto dos o tres veces antes de seguir. La fuente de nuestro dominio es el mismo poder que hizo a Jesús el poderoso Señor de todo lo que existe. Este poder está a nuestro alcance si tan sólo lo reconocemos, lo creemos y nos apropiamos de él. ¡No somos gusanos arrastrándonos! ¡No tenemos que ser víctimas de nuestras circunstancias! ¡Ni seres sin fuerza que tienen que aguantar los ataques del enemigo! Mis amados, ¡somos más que vencedores, porque el mismo poder que resucitó a Jesús de entre los muertos, está operando en nosotros! PASO DOS: IDENTIFICA AL ENEMIGO Y SUS DEBILIDADES Demasiadas veces la gente culpa a Dios por sus problemas cuando en realidad, Él no es el autor de estos, sino Satanás. He oído a personas decir: “Dios me está probando con esta enfermedad”. “Mi esposo me abandonó por otra mujer, sé que es una prueba de Dios”. “Mis hijos son rebeldes y están tomando drogas, pero Dios tiene sus propósitos”. Amados, Dios no envía sufrimiento, rebeldía o derrota, sino que todo esto viene del enemigo. Tu vida cambiará radicalmente con tan sólo reconocer que Dios no es autor de las tragedias y el sufrimiento. Tal vez alguien pregunte, “¿y por qué, entonces, Dios lo permite si es mayor y más fuerte que Satanás?” La respuesta es tan sencilla como la pregunta: Dios no es quien lo permite, sino nosotros, por nuestra IGNORANCIA, INCREDULIDAD E INACTIVIDAD, y en consecuencia, por no haber aprendido a vivir en DOMINIO para protegernos de las asechanzas del diablo. Una verdad absoluta que debemos conocer, es el hecho de que Satanás es nuestro enemigo y no la gente. Efesios 6:12 confirma esta verdad, cuando dice que tenemos luchas con fuerzas satánicas y no con las personas. De manera que ni el esposo alcohólico, ni hijos rebeldes, ni los vecinos son nuestros enemigos, sino Satanás; y nosotros tenemos autoridad sobre él, si tan solo nos decidimos a usarla. Puesto que tenemos identificado al enemigo, necesitamos reconocer que él no es todopoderoso. Sí, es verdad que tiene poder, pero también tiene debilidades y lo podemos dominar si actuamos en la fuerza que Dios nos da. Santiago 4:7 dice que si nos sometemos a Dios y resistimos al diablo, él huirá de nosotros. Sí, él huirá, porque Jesús es mayor que Satanás que está en el mundo, así dice 1ª Juan 4:4. En una batalla o conflicto, el que huye no es el más poderoso, ¿verdad? Medita en esto y te va a bendecir grandemente. PASO TRES: APRENDE Y USA EFICAZMENTE LAS ARMAS DE NUESTRO DOMINIO “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la DESTRUCCIÓN de fortalezas, DERRIBANDO argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y LLEVANDO CAUTIVO todo pensamiento a la obediencia a Cristo”, 2ª Corintios 10:3-5. ¿Cuáles son estas armas poderosas con las que podemos destruir, derribar y llevar cautivo? El mismo texto declara ampliamente que estas armas no son carnales. No son puños, cuchillos o rifles. No son gritos abusivos, ni amenazas. Al contrario, son armas poderosísimas con las cuales venceremos. Seguramente hay muchas armas que el cristiano puede utilizar, pero aquí vamos a considerar sólo cuatro: · LA PALABRA · LA FE · LA ORACIÓN · LA ALABANZA Estaremos hablando con más detalle acerca de cada una de estas armas en la siguiente oportunidad. |
Ver Mas |
Lecturas Recomendadas |
|||
|
|
||
|
|
||
|
