Orando para lograr resultados | |||||||
V. La quinta marca en la pistaNo nos metas en tentación, más líbranos del malLa vida cristiana es una batalla continua (1 Timoteo 6:12) y en este capítulo aprendemos cómo derrotar continuamente al diablo y conservarnos en la victoria que Cristo nos dio. De esta manera edificaremos una muralla protectora en derredor de nosotros y de nuestros seres amados. Dividiremos esta sección en dos partes de estudio: 1. No nos metas en tentaciónExaminemos brevemente la enseñanza bíblica sobre las tentaciones: Santiago 1:12-14 En estos versículos encontramos tres verdades: 1. Soportar y resistir la tentación acarrea bendición. El diablo se aprovecha de nuestra debilidad y nos tienta. La bendición de soportar la tentación es que aprendemos a hacer guerra espiritual y a ganar la victoria. A veces, en el Nuevo Testamento la palabra tentación no significa “tentación a pecar” sino “la prueba de la fe”. Tal vez te sorprenda cuando te digo que hay muchas pruebas que no son necesarias. Cuando el cristiano aprende por medio de la Palabra y anda en obediencia evitará muchas pruebas. Pero hay quienes sólo aprenden por “los golpes de la vida”. Esto puede ser por su ignorancia, su incredulidad, duda o rebeldía. 1 Pedro 1:6 Fíjate que dice: “si es necesario” por eso el Señor nos enseñó a orar: “no nos metas en tentación”. Podríamos pedirle: “Señor, enséñame a través de tu Palabra y por tu Espíritu, para que yo no tenga que aprender por medio de las pruebas”. 2. Líbranos del malEsta es una oración que se anticipa al mal. Una cosa es caer en un pozo y ser rescatado, otra muy distinta es ver el peligro y evitar el pozo, ¡cuánto mejor es estar prevenido! Jesús nos enseñó a pedir ser librados del mal, no a ser rescatados de la trampa del mal. Hay quienes buscan a Dios después de haberse metido en líos. No comprenden que si hubieran orado antes podrían haber evitado ser atrapados. Prevenir el mal y evitarlo es algo que está a nuestro alcance. Proverbios 27:12 El Salmo 91 nos revela plenamente el lugar que ocupa la seguridad y la protección del mal: ¡Ésta es la prometida liberación de las trampas de Satanás! ¿Cómo edificar un muro protector a tu alrededor y al rededor de los tuyos? El Salmo 91 nos da cuatro puntos clave que son: 1. “El que habita al abrigo del Altísimo” (Salmo 91:1) no quien visita al Altísimo de vez en cuando, mas bien: el que permanece en Dios. No basta con creer en las promesas del Señor, hay que confesarlas en voz alta. Examina tu corazón, ve si estás viviendo los tres primeros puntos y entonces podrás declarar abiertamente: “Señor, tú eres mi esperanza, mi fortaleza, mi castillo, mi justicia, mi paz, mi sanador, mi proveedor, mi pastor”. Así es como se edifica una muralla protectora. Tu le has pedido: “Líbranos del mal” y ahora el Señor te contesta: Salmo 91:10 |
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V. La quinta marca en la pistaNo nos metas en tentación, más líbranos del malLa vida cristiana es una batalla continua (1 Timoteo 6:12) y en este capítulo aprendemos cómo derrotar continuamente al diablo y conservarnos en la victoria que Cristo nos dio. De esta manera edificaremos una muralla protectora en derredor de nosotros y de nuestros seres amados. Dividiremos esta sección en dos partes de estudio: 1. No nos metas en tentaciónExaminemos brevemente la enseñanza bíblica sobre las tentaciones: Santiago 1:12-14 En estos versículos encontramos tres verdades: 1. Soportar y resistir la tentación acarrea bendición. El diablo se aprovecha de nuestra debilidad y nos tienta. La bendición de soportar la tentación es que aprendemos a hacer guerra espiritual y a ganar la victoria. A veces, en el Nuevo Testamento la palabra tentación no significa “tentación a pecar” sino “la prueba de la fe”. Tal vez te sorprenda cuando te digo que hay muchas pruebas que no son necesarias. Cuando el cristiano aprende por medio de la Palabra y anda en obediencia evitará muchas pruebas. Pero hay quienes sólo aprenden por “los golpes de la vida”. Esto puede ser por su ignorancia, su incredulidad, duda o rebeldía. 1 Pedro 1:6 Fíjate que dice: “si es necesario” por eso el Señor nos enseñó a orar: “no nos metas en tentación”. Podríamos pedirle: “Señor, enséñame a través de tu Palabra y por tu Espíritu, para que yo no tenga que aprender por medio de las pruebas”. 2. Líbranos del malEsta es una oración que se anticipa al mal. Una cosa es caer en un pozo y ser rescatado, otra muy distinta es ver el peligro y evitar el pozo, ¡cuánto mejor es estar prevenido! Jesús nos enseñó a pedir ser librados del mal, no a ser rescatados de la trampa del mal. Hay quienes buscan a Dios después de haberse metido en líos. No comprenden que si hubieran orado antes podrían haber evitado ser atrapados. Prevenir el mal y evitarlo es algo que está a nuestro alcance. Proverbios 27:12 El Salmo 91 nos revela plenamente el lugar que ocupa la seguridad y la protección del mal: ¡Ésta es la prometida liberación de las trampas de Satanás! ¿Cómo edificar un muro protector a tu alrededor y al rededor de los tuyos? El Salmo 91 nos da cuatro puntos clave que son: 1. “El que habita al abrigo del Altísimo” (Salmo 91:1) no quien visita al Altísimo de vez en cuando, mas bien: el que permanece en Dios. No basta con creer en las promesas del Señor, hay que confesarlas en voz alta. Examina tu corazón, ve si estás viviendo los tres primeros puntos y entonces podrás declarar abiertamente: “Señor, tú eres mi esperanza, mi fortaleza, mi castillo, mi justicia, mi paz, mi sanador, mi proveedor, mi pastor”. Así es como se edifica una muralla protectora. Tu le has pedido: “Líbranos del mal” y ahora el Señor te contesta: Salmo 91:10 |
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V. La quinta marca en la pistaNo nos metas en tentación, más líbranos del malLa vida cristiana es una batalla continua (1 Timoteo 6:12) y en este capítulo aprendemos cómo derrotar continuamente al diablo y conservarnos en la victoria que Cristo nos dio. De esta manera edificaremos una muralla protectora en derredor de nosotros y de nuestros seres amados. Dividiremos esta sección en dos partes de estudio: 1. No nos metas en tentaciónExaminemos brevemente la enseñanza bíblica sobre las tentaciones: Santiago 1:12-14 En estos versículos encontramos tres verdades: 1. Soportar y resistir la tentación acarrea bendición. El diablo se aprovecha de nuestra debilidad y nos tienta. La bendición de soportar la tentación es que aprendemos a hacer guerra espiritual y a ganar la victoria. A veces, en el Nuevo Testamento la palabra tentación no significa “tentación a pecar” sino “la prueba de la fe”. Tal vez te sorprenda cuando te digo que hay muchas pruebas que no son necesarias. Cuando el cristiano aprende por medio de la Palabra y anda en obediencia evitará muchas pruebas. Pero hay quienes sólo aprenden por “los golpes de la vida”. Esto puede ser por su ignorancia, su incredulidad, duda o rebeldía. 1 Pedro 1:6 Fíjate que dice: “si es necesario” por eso el Señor nos enseñó a orar: “no nos metas en tentación”. Podríamos pedirle: “Señor, enséñame a través de tu Palabra y por tu Espíritu, para que yo no tenga que aprender por medio de las pruebas”. 2. Líbranos del malEsta es una oración que se anticipa al mal. Una cosa es caer en un pozo y ser rescatado, otra muy distinta es ver el peligro y evitar el pozo, ¡cuánto mejor es estar prevenido! Jesús nos enseñó a pedir ser librados del mal, no a ser rescatados de la trampa del mal. Hay quienes buscan a Dios después de haberse metido en líos. No comprenden que si hubieran orado antes podrían haber evitado ser atrapados. Prevenir el mal y evitarlo es algo que está a nuestro alcance. Proverbios 27:12 El Salmo 91 nos revela plenamente el lugar que ocupa la seguridad y la protección del mal: ¡Ésta es la prometida liberación de las trampas de Satanás! ¿Cómo edificar un muro protector a tu alrededor y al rededor de los tuyos? El Salmo 91 nos da cuatro puntos clave que son: 1. “El que habita al abrigo del Altísimo” (Salmo 91:1) no quien visita al Altísimo de vez en cuando, mas bien: el que permanece en Dios. No basta con creer en las promesas del Señor, hay que confesarlas en voz alta. Examina tu corazón, ve si estás viviendo los tres primeros puntos y entonces podrás declarar abiertamente: “Señor, tú eres mi esperanza, mi fortaleza, mi castillo, mi justicia, mi paz, mi sanador, mi proveedor, mi pastor”. Así es como se edifica una muralla protectora. Tu le has pedido: “Líbranos del mal” y ahora el Señor te contesta: Salmo 91:10 |
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