El joven y su sexualidad | |||||||
Toma control de tus pensamientos El campo de batalla es nuestra mente. Satanás, nuestro enemigo, sabe que si él puede ganar en el área de nuestros pensamientos, nos tiene cautivos. Pero podemos tomar control y rechazar en el nombre de Jesús todo pensamiento que nos va a ensuciar. A lo mejor has oído el dicho: “No puedes evitar que un pájaro vuele sobre tu cabeza pero sí puedes evitar que haga nido allí”. Ten cuidado con lo que ves en la televisión, películas, videos, revistas, etc. y así evitarás muchas de las batallas en tu mente. La decisión firme de no cometer fornicación, ni otro pecado sexual, tiene que ser hecha antes de estar en el calor de la tentación. Si no has hecho una decisión antes en tu mente y con tu espíritu, la pasión del momento hará la decisión. Tus emociones controlarán tu voluntad, pero para un joven que desea honrar a Dios, es lo contrario: Su voluntad controla sus emociones. Hay una promesa maravillosa de Dios en el área de nuestros pensamientos. Leemos en 2 Corintios 10:4-5 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. Observa estos cuatro pasos: 1. Siembra un pensamiento, cosecha un acto. Estos pasos funcionan para bien o para mal. 1. Siembra un pensamiento sano, cosecha un acto sano. Has sido llamado a un destino alto, el destino de hacer grandes cosas en el Reino de Dios. No has sido llamado a la mediocridad, sino a la excelencia y esto empieza con tus pensamientos. ¿Qué hacer si ya he pecado? Si fuiste culpable del pecado sexual antes de recibir a Cristo como tu Salvador, necesitas reconocer que la Biblia dice, 2 Corintios 5:17: Toda tu vida pasada está bajo la sangre de Jesús, enterrada en lo más profundo del mar. Pon un aviso al diablo: “No se permite pescar en este mar”. Él quisiera atormentarte haciéndote recordar tus pecados del pasado, pero no se lo permitas. Si tú dices: “Pues, yo caí en pecado después de mi salvación; ¿qué debo hacer?”. 1. Enfréntate a ti mismo y confiesa tu pecado. David dijo: Él no puso excusa por sí mismo, no dijo; “todos lo están haciendo” o “todos somos débiles”. Proverbios 28:13 dice: Aquí encontramos el segundo paso. 2. Apártate del pecado, abandónalo. 3. Busca el perdón de otros. Si tú, joven has pasado la línea de lo correcto con una muchacha, ve con ella y pídele perdón, prometiéndole que jamás volverá a suceder. 4. Perdónate a ti mismo. 1 Juan 1:9 dice: Si Dios me puede perdonar, yo puedo perdonarme a mí mismo. El abuso sexual Apaga el fuego con otro fuego ¿Sabes qué apagará el fuego de tus pasiones? El fuego del Espíritu Santo en tu vida. El poder de Dios es mucho más grande que el poder del pecado; entonces tú tienes los recursos espirituales para resistir y vencer la fuerza del enemigo. Echa mano de esta promesa: 1 Juan 4:4 Ahora mismo Dios está levantando jóvenes valientes, jóvenes que no se comprometen con el mundo; jóvenes con una fe radical. Sé parte de este ejército de jóvenes cristianos. Dedícate a la Palabra de Dios, a la oración y sé lleno del Espíritu Santo. |
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El joven y su sexualidad |
Toma control de tus pensamientos El campo de batalla es nuestra mente. Satanás, nuestro enemigo, sabe que si él puede ganar en el área de nuestros pensamientos, nos tiene cautivos. Pero podemos tomar control y rechazar en el nombre de Jesús todo pensamiento que nos va a ensuciar. A lo mejor has oído el dicho: “No puedes evitar que un pájaro vuele sobre tu cabeza pero sí puedes evitar que haga nido allí”. Ten cuidado con lo que ves en la televisión, películas, videos, revistas, etc. y así evitarás muchas de las batallas en tu mente. La decisión firme de no cometer fornicación, ni otro pecado sexual, tiene que ser hecha antes de estar en el calor de la tentación. Si no has hecho una decisión antes en tu mente y con tu espíritu, la pasión del momento hará la decisión. Tus emociones controlarán tu voluntad, pero para un joven que desea honrar a Dios, es lo contrario: Su voluntad controla sus emociones. Hay una promesa maravillosa de Dios en el área de nuestros pensamientos. Leemos en 2 Corintios 10:4-5 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. Observa estos cuatro pasos: 1. Siembra un pensamiento, cosecha un acto. Estos pasos funcionan para bien o para mal. 1. Siembra un pensamiento sano, cosecha un acto sano. Has sido llamado a un destino alto, el destino de hacer grandes cosas en el Reino de Dios. No has sido llamado a la mediocridad, sino a la excelencia y esto empieza con tus pensamientos. ¿Qué hacer si ya he pecado? Si fuiste culpable del pecado sexual antes de recibir a Cristo como tu Salvador, necesitas reconocer que la Biblia dice, 2 Corintios 5:17: Toda tu vida pasada está bajo la sangre de Jesús, enterrada en lo más profundo del mar. Pon un aviso al diablo: “No se permite pescar en este mar”. Él quisiera atormentarte haciéndote recordar tus pecados del pasado, pero no se lo permitas. Si tú dices: “Pues, yo caí en pecado después de mi salvación; ¿qué debo hacer?”. 1. Enfréntate a ti mismo y confiesa tu pecado. David dijo: Él no puso excusa por sí mismo, no dijo; “todos lo están haciendo” o “todos somos débiles”. Proverbios 28:13 dice: Aquí encontramos el segundo paso. 2. Apártate del pecado, abandónalo. 3. Busca el perdón de otros. Si tú, joven has pasado la línea de lo correcto con una muchacha, ve con ella y pídele perdón, prometiéndole que jamás volverá a suceder. 4. Perdónate a ti mismo. 1 Juan 1:9 dice: Si Dios me puede perdonar, yo puedo perdonarme a mí mismo. El abuso sexual Apaga el fuego con otro fuego ¿Sabes qué apagará el fuego de tus pasiones? El fuego del Espíritu Santo en tu vida. El poder de Dios es mucho más grande que el poder del pecado; entonces tú tienes los recursos espirituales para resistir y vencer la fuerza del enemigo. Echa mano de esta promesa: 1 Juan 4:4 Ahora mismo Dios está levantando jóvenes valientes, jóvenes que no se comprometen con el mundo; jóvenes con una fe radical. Sé parte de este ejército de jóvenes cristianos. Dedícate a la Palabra de Dios, a la oración y sé lleno del Espíritu Santo. |
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Toma control de tus pensamientos El campo de batalla es nuestra mente. Satanás, nuestro enemigo, sabe que si él puede ganar en el área de nuestros pensamientos, nos tiene cautivos. Pero podemos tomar control y rechazar en el nombre de Jesús todo pensamiento que nos va a ensuciar. A lo mejor has oído el dicho: “No puedes evitar que un pájaro vuele sobre tu cabeza pero sí puedes evitar que haga nido allí”. Ten cuidado con lo que ves en la televisión, películas, videos, revistas, etc. y así evitarás muchas de las batallas en tu mente. La decisión firme de no cometer fornicación, ni otro pecado sexual, tiene que ser hecha antes de estar en el calor de la tentación. Si no has hecho una decisión antes en tu mente y con tu espíritu, la pasión del momento hará la decisión. Tus emociones controlarán tu voluntad, pero para un joven que desea honrar a Dios, es lo contrario: Su voluntad controla sus emociones. Hay una promesa maravillosa de Dios en el área de nuestros pensamientos. Leemos en 2 Corintios 10:4-5 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. Observa estos cuatro pasos: 1. Siembra un pensamiento, cosecha un acto. Estos pasos funcionan para bien o para mal. 1. Siembra un pensamiento sano, cosecha un acto sano. Has sido llamado a un destino alto, el destino de hacer grandes cosas en el Reino de Dios. No has sido llamado a la mediocridad, sino a la excelencia y esto empieza con tus pensamientos. ¿Qué hacer si ya he pecado? Si fuiste culpable del pecado sexual antes de recibir a Cristo como tu Salvador, necesitas reconocer que la Biblia dice, 2 Corintios 5:17: Toda tu vida pasada está bajo la sangre de Jesús, enterrada en lo más profundo del mar. Pon un aviso al diablo: “No se permite pescar en este mar”. Él quisiera atormentarte haciéndote recordar tus pecados del pasado, pero no se lo permitas. Si tú dices: “Pues, yo caí en pecado después de mi salvación; ¿qué debo hacer?”. 1. Enfréntate a ti mismo y confiesa tu pecado. David dijo: Él no puso excusa por sí mismo, no dijo; “todos lo están haciendo” o “todos somos débiles”. Proverbios 28:13 dice: Aquí encontramos el segundo paso. 2. Apártate del pecado, abandónalo. 3. Busca el perdón de otros. Si tú, joven has pasado la línea de lo correcto con una muchacha, ve con ella y pídele perdón, prometiéndole que jamás volverá a suceder. 4. Perdónate a ti mismo. 1 Juan 1:9 dice: Si Dios me puede perdonar, yo puedo perdonarme a mí mismo. El abuso sexual Apaga el fuego con otro fuego ¿Sabes qué apagará el fuego de tus pasiones? El fuego del Espíritu Santo en tu vida. El poder de Dios es mucho más grande que el poder del pecado; entonces tú tienes los recursos espirituales para resistir y vencer la fuerza del enemigo. Echa mano de esta promesa: 1 Juan 4:4 Ahora mismo Dios está levantando jóvenes valientes, jóvenes que no se comprometen con el mundo; jóvenes con una fe radical. Sé parte de este ejército de jóvenes cristianos. Dedícate a la Palabra de Dios, a la oración y sé lleno del Espíritu Santo. |
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