EL GOZO DE LA HOSPITALIDAD #6 | |||||||
La semana pasada vimos que el Espíritu de Dios trae gozo y paz a nuestras vidas. Hoy, quiero ir al segundo libro de Reyes.Segunda de Reyes 4 del 8 al 11: 8. Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. Pero… ¿Quién era Eliseo? Eliseo era un profeta de Dios. Fue siervo del profeta Elías. También, recibió la doble porción de la unción que tenía Elías y con ella, Dios hizo el doble de milagros en la vida de Eliseo. Sigamos leyendo en el verso 9: 9. Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. 10. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él. La Sunamita sabía que Eliseo era un hombre de Dios y acuerda con su marido para hacer una habitación donde hospedar a este varón santo de Dios. Le hicieron su propio cuarto para que allí Eliseo pudiera quedarse. La Sunamita sabía que la presencia del Espíritu de Dios estaba en este profeta llamado Eliseo y que era bueno hacer bien a un profeta de Dios y que tal vez, algún día podría traer bendición a su vida y a su familia. Sigamos adelante… 11. Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió. Es probable que le mostraron a Eliseo lo que habían hecho para él y nadie más, esto era suyo para que se quedara con ellos. Con esta historia, también creo que debemos preparar un lugar para que el Espíritu de Dios se quede con nosotros, y no solo nos visite, sino que se quede, que haga morada en nosotros. ¿Tú lo quieres? ¿De veras lo quieres? Entonces, prepara tu corazón para que sea morada del Espíritu Santo de Dios. Hemos hablado de visitaciones del Espíritu Santo, pero, anhelo que no sean para que venga y se vaya, sino para que venga el Espíritu Santo y se quede a morar en nosotros. Como iglesia y como personas, necesitamos buscar la manera que se quede. ¿Qué debemos hacer? Debemos anhelar Su Presencia día tras día en nosotros y dedicarle tiempo en oración, así aprenderemos a escuchar Su voz y a obedecerle para que Él se agrade con nosotros. Y como Iglesia. ¡Un Avivamiento para nosotros! Que el avivamiento sea permanente con nosotros por la Presencia del Espíritu de Dios; el Espíritu Santo. La historia que leímos es tremenda; la Sunamita supo que hacer para bendecir a Eliseo al profeta de Dios. Tiempo después, el hijo de la Sunamita murió y ella supo que, si ponía a su hijo en esa habitación del profeta de Dios, algo bueno podía suceder a su hijo, pues sabía que la Presencia de Dios estaba en ese lugar. Y así fue: Dios le devolvió la vida a su hijo, volvió de la muerte a la vida. ¡Resucito! Mis amados, yo quiero estar donde el Espíritu Santo este, ya sea aquí o allá. Yo sé que el Espíritu Santo no mora en templos hechos por manos humanas, pero, en lugares donde Él es bienvenido, hay algo especial y ahí suceden milagros extraordinarios. Yo creo que el Espíritu Santo está esperando que le hagas un lugar para quedarse, un lugar especial donde vengan tiempos de refrigerio, tiempos de restauración a tu vida, a tu familia y a tu iglesia. ¿Qué esperas? ¡Dale tu corazón a Él! VAMOS A ORAR: Padre Nuestro que estás en los cielos. Santificado sea Tu nombre, porque Tu eres Santo, Tu nombre Santo es. Venga Tu Reino y que vengan de Tu Presencia tiempos de refrigerio, tiempos de Avivamiento, que traigas restauración a nuestras vidas y a Tu iglesia. Que seamos sensibles y humildes a Tu Presencia. Danos sabiduría para que podamos reconocer cuando vengan de Tu Presencia los tiempos de Avivamiento. Que no entristezcamos al Espíritu Santo con la manera en la que vivimos, sino que le hagamos una habitación, un lugar especial para Él. Que abracemos Su Presencia y llenes con fuego nuestro corazón para que seamos de bendición y podamos ver a nuestro derredor los campos que ya están listos para la cosecha. Lo pedimos por Tu Hijo amado Jesucristo. AMÉN Y AMÉN |
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EL GOZO DE LA HOSPITALIDAD #6 |
La semana pasada vimos que el Espíritu de Dios trae gozo y paz a nuestras vidas. Hoy, quiero ir al segundo libro de Reyes.Segunda de Reyes 4 del 8 al 11: 8. Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. Pero… ¿Quién era Eliseo? Eliseo era un profeta de Dios. Fue siervo del profeta Elías. También, recibió la doble porción de la unción que tenía Elías y con ella, Dios hizo el doble de milagros en la vida de Eliseo. Sigamos leyendo en el verso 9: 9. Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. 10. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él. La Sunamita sabía que Eliseo era un hombre de Dios y acuerda con su marido para hacer una habitación donde hospedar a este varón santo de Dios. Le hicieron su propio cuarto para que allí Eliseo pudiera quedarse. La Sunamita sabía que la presencia del Espíritu de Dios estaba en este profeta llamado Eliseo y que era bueno hacer bien a un profeta de Dios y que tal vez, algún día podría traer bendición a su vida y a su familia. Sigamos adelante… 11. Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió. Es probable que le mostraron a Eliseo lo que habían hecho para él y nadie más, esto era suyo para que se quedara con ellos. Con esta historia, también creo que debemos preparar un lugar para que el Espíritu de Dios se quede con nosotros, y no solo nos visite, sino que se quede, que haga morada en nosotros. ¿Tú lo quieres? ¿De veras lo quieres? Entonces, prepara tu corazón para que sea morada del Espíritu Santo de Dios. Hemos hablado de visitaciones del Espíritu Santo, pero, anhelo que no sean para que venga y se vaya, sino para que venga el Espíritu Santo y se quede a morar en nosotros. Como iglesia y como personas, necesitamos buscar la manera que se quede. ¿Qué debemos hacer? Debemos anhelar Su Presencia día tras día en nosotros y dedicarle tiempo en oración, así aprenderemos a escuchar Su voz y a obedecerle para que Él se agrade con nosotros. Y como Iglesia. ¡Un Avivamiento para nosotros! Que el avivamiento sea permanente con nosotros por la Presencia del Espíritu de Dios; el Espíritu Santo. La historia que leímos es tremenda; la Sunamita supo que hacer para bendecir a Eliseo al profeta de Dios. Tiempo después, el hijo de la Sunamita murió y ella supo que, si ponía a su hijo en esa habitación del profeta de Dios, algo bueno podía suceder a su hijo, pues sabía que la Presencia de Dios estaba en ese lugar. Y así fue: Dios le devolvió la vida a su hijo, volvió de la muerte a la vida. ¡Resucito! Mis amados, yo quiero estar donde el Espíritu Santo este, ya sea aquí o allá. Yo sé que el Espíritu Santo no mora en templos hechos por manos humanas, pero, en lugares donde Él es bienvenido, hay algo especial y ahí suceden milagros extraordinarios. Yo creo que el Espíritu Santo está esperando que le hagas un lugar para quedarse, un lugar especial donde vengan tiempos de refrigerio, tiempos de restauración a tu vida, a tu familia y a tu iglesia. ¿Qué esperas? ¡Dale tu corazón a Él! VAMOS A ORAR: Padre Nuestro que estás en los cielos. Santificado sea Tu nombre, porque Tu eres Santo, Tu nombre Santo es. Venga Tu Reino y que vengan de Tu Presencia tiempos de refrigerio, tiempos de Avivamiento, que traigas restauración a nuestras vidas y a Tu iglesia. Que seamos sensibles y humildes a Tu Presencia. Danos sabiduría para que podamos reconocer cuando vengan de Tu Presencia los tiempos de Avivamiento. Que no entristezcamos al Espíritu Santo con la manera en la que vivimos, sino que le hagamos una habitación, un lugar especial para Él. Que abracemos Su Presencia y llenes con fuego nuestro corazón para que seamos de bendición y podamos ver a nuestro derredor los campos que ya están listos para la cosecha. Lo pedimos por Tu Hijo amado Jesucristo. AMÉN Y AMÉN |
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EL GOZO DE LA HOSPITALIDAD #6 |
La semana pasada vimos que el Espíritu de Dios trae gozo y paz a nuestras vidas. Hoy, quiero ir al segundo libro de Reyes.Segunda de Reyes 4 del 8 al 11: 8. Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. Pero… ¿Quién era Eliseo? Eliseo era un profeta de Dios. Fue siervo del profeta Elías. También, recibió la doble porción de la unción que tenía Elías y con ella, Dios hizo el doble de milagros en la vida de Eliseo. Sigamos leyendo en el verso 9: 9. Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. 10. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él. La Sunamita sabía que Eliseo era un hombre de Dios y acuerda con su marido para hacer una habitación donde hospedar a este varón santo de Dios. Le hicieron su propio cuarto para que allí Eliseo pudiera quedarse. La Sunamita sabía que la presencia del Espíritu de Dios estaba en este profeta llamado Eliseo y que era bueno hacer bien a un profeta de Dios y que tal vez, algún día podría traer bendición a su vida y a su familia. Sigamos adelante… 11. Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió. Es probable que le mostraron a Eliseo lo que habían hecho para él y nadie más, esto era suyo para que se quedara con ellos. Con esta historia, también creo que debemos preparar un lugar para que el Espíritu de Dios se quede con nosotros, y no solo nos visite, sino que se quede, que haga morada en nosotros. ¿Tú lo quieres? ¿De veras lo quieres? Entonces, prepara tu corazón para que sea morada del Espíritu Santo de Dios. Hemos hablado de visitaciones del Espíritu Santo, pero, anhelo que no sean para que venga y se vaya, sino para que venga el Espíritu Santo y se quede a morar en nosotros. Como iglesia y como personas, necesitamos buscar la manera que se quede. ¿Qué debemos hacer? Debemos anhelar Su Presencia día tras día en nosotros y dedicarle tiempo en oración, así aprenderemos a escuchar Su voz y a obedecerle para que Él se agrade con nosotros. Y como Iglesia. ¡Un Avivamiento para nosotros! Que el avivamiento sea permanente con nosotros por la Presencia del Espíritu de Dios; el Espíritu Santo. La historia que leímos es tremenda; la Sunamita supo que hacer para bendecir a Eliseo al profeta de Dios. Tiempo después, el hijo de la Sunamita murió y ella supo que, si ponía a su hijo en esa habitación del profeta de Dios, algo bueno podía suceder a su hijo, pues sabía que la Presencia de Dios estaba en ese lugar. Y así fue: Dios le devolvió la vida a su hijo, volvió de la muerte a la vida. ¡Resucito! Mis amados, yo quiero estar donde el Espíritu Santo este, ya sea aquí o allá. Yo sé que el Espíritu Santo no mora en templos hechos por manos humanas, pero, en lugares donde Él es bienvenido, hay algo especial y ahí suceden milagros extraordinarios. Yo creo que el Espíritu Santo está esperando que le hagas un lugar para quedarse, un lugar especial donde vengan tiempos de refrigerio, tiempos de restauración a tu vida, a tu familia y a tu iglesia. ¿Qué esperas? ¡Dale tu corazón a Él! VAMOS A ORAR: Padre Nuestro que estás en los cielos. Santificado sea Tu nombre, porque Tu eres Santo, Tu nombre Santo es. Venga Tu Reino y que vengan de Tu Presencia tiempos de refrigerio, tiempos de Avivamiento, que traigas restauración a nuestras vidas y a Tu iglesia. Que seamos sensibles y humildes a Tu Presencia. Danos sabiduría para que podamos reconocer cuando vengan de Tu Presencia los tiempos de Avivamiento. Que no entristezcamos al Espíritu Santo con la manera en la que vivimos, sino que le hagamos una habitación, un lugar especial para Él. Que abracemos Su Presencia y llenes con fuego nuestro corazón para que seamos de bendición y podamos ver a nuestro derredor los campos que ya están listos para la cosecha. Lo pedimos por Tu Hijo amado Jesucristo. AMÉN Y AMÉN |
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