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VIDA ETERNA | |||||||
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TERCERA PARTEVIDA ETERNA¿Qué es la eternidad? Algo maravilloso que jamás tendrá un fin. Algo horrible que jamás tendrá un fin. La Biblia es un libro de la eternidad y en sus páginas nos habla de: • Vida eterna. • Misericordia eterna. • Justicia eterna. • Una morada eterna. • Salvación eterna. • Gloria eterna. • Ordenación eterna. • Confusión eterna. • Afrenta perpetua. • Castigo eterno. • Una casa eterna. • Perdición eterna. • Consolación eterna. • Redención eterna. • Una herencia eterna. De todos estos, vida eterna esta mencionada más que cualquier otro. ¡Vida eterna! ¡Vida eterna! ¡Vida eterna! ¡Si parara la vida, no sería eterna! Conviértase usted en un seguidor de Jesús y Él le dará la vida eterna. Recuerde… usted no va a morir, su cuerpo morirá, su alma morirá, pero su espíritu nunca morirá. A propósito, ¿dónde va a pasar su eternidad? ¿Está seguro? Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para entender la eternidad, los cielos, distintas dimensiones espirituales, gracia, fe, castigos, condenación, perdón, nuevos nacimientos, galardones, recompensas “por” y “para”. Consideremos Isaías 45:3 “y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados…” Pidamos y recibamos los tesoros y los secretos que tienen que ver con la eternidad. Empecemos con Efesios 2:4-10 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Notemos: 1. Por gracia sois salvos. 2. Las abundantes riquezas de su gracia. 3. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe. 4. No por obras. Y luego leamos: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras”… Preparados para que hagamos buenas obras. Salvos por gracia, por fe. No por obras sino para obras. Somos preparados de antemano por Dios para obras. El por y el para, aquí son de inmensa importancia en nuestra eternidad. Juan 3:14 “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Eternidad con Dios). Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Eternidad con Jehová, Jesús y el Espíritu Santo). Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él’’ (Para la eternidad). El “creer” escrito en estos textos bíblicos no es un asunto pasivo sino un asunto de fe, de nacer de nuevo, de arrepentimiento y de seguir a Jesús. Como dijo Santiago: “fe sin obras es muerta en sí”. CUARTA PARTERECOMPENZASAhora veamos lo que las sagradas escrituras enseñan de obras y la eternidad. El apóstol Pablo nos pinta, con palabras gráficas, el resultado de lo que hagamos nosotros. 1 Corintios 3:10-13 “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca. La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará”. Veámoslo así: el fuego de la prueba no consume el oro, ni la plata, ni tampoco las piedras preciosas. Y es que estos pueden sobrevivir ilesos al incendio. La persona que ha añadido buenas obras (oro, plata, piedras preciosas) a su salvación por fe, no perderá nada en la prueba. Pero la persona que no ha añadido buenas obras a su salvación por fe, sino que ha perdido las oportunidades de hacer el bien; es como si hubiera edificado con madera, heno y hojarasca sobre el fundamento de Jesucristo, entonces él será como uno que en la noche oye el grito: “¡Incendio! ¡Incendio!”, recoge una toalla para cubrirse y corre a la calle sin nada más. 1 Corintios 3:14-15 “Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”. Pongamos nuestra atención a esto: “recibirá recompensa”. Recompensa por sus buenas obras, no recibe salvación por sus buenas obras, sino recompensas. ¡Y muchas de estas recompensas son eternas! ¡Son para siempre! Veamos varias escrituras que nos prometen recompensas eternas: Mateo 5:10-13 “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”. Mateo 6:3-6 “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Apocalipsis 22:12 “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”. 2 Juan 1:8 “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo”. Mateo 16:27 “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”. Marcos 9:41 “Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”. Colosenses 2:18 “Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal”. Apocalipsis 14:13 “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. Colosenses 3:22-24 “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”. Hebreos 10:35-36 “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”. Hebreos 11:24-26 “Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón”. En el libro de Apocalipsis encontramos una lista de las recompensas que recibirán los vencedores, los que no vuelven atrás, los que anhelan presentarse con Jehová, con Jesús y con el Espíritu Santo, los que son fieles hasta que son llamados a su eternidad donde seguirán sirviéndole para siempre: Apocalipsis 2:7 “... Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. Apocalipsis 2:11 “… El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte”. Apocalipsis 2:17 “… Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. Apocalipsis 2:26 “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones”. Apocalipsis 3:5 “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. Apocalipsis 3:12 “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Apocalipsis 3:21 “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 21:7 “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”. ¡Es más allá de nuestra comprensión! Habiendo sido salvos por gracia, por fe, por su sacrificio, Él luego nos promete galardones, recompensas, pago, premio, autoridad y herencia. Y estas gracias de su mano son eternas, son para siempre, ¡Señor! ¡Gracias! ¡Mil veces gracias! |
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TERCERA PARTEVIDA ETERNA¿Qué es la eternidad? Algo maravilloso que jamás tendrá un fin. Algo horrible que jamás tendrá un fin. La Biblia es un libro de la eternidad y en sus páginas nos habla de: • Vida eterna. • Misericordia eterna. • Justicia eterna. • Una morada eterna. • Salvación eterna. • Gloria eterna. • Ordenación eterna. • Confusión eterna. • Afrenta perpetua. • Castigo eterno. • Una casa eterna. • Perdición eterna. • Consolación eterna. • Redención eterna. • Una herencia eterna. De todos estos, vida eterna esta mencionada más que cualquier otro. ¡Vida eterna! ¡Vida eterna! ¡Vida eterna! ¡Si parara la vida, no sería eterna! Conviértase usted en un seguidor de Jesús y Él le dará la vida eterna. Recuerde… usted no va a morir, su cuerpo morirá, su alma morirá, pero su espíritu nunca morirá. A propósito, ¿dónde va a pasar su eternidad? ¿Está seguro? Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para entender la eternidad, los cielos, distintas dimensiones espirituales, gracia, fe, castigos, condenación, perdón, nuevos nacimientos, galardones, recompensas “por” y “para”. Consideremos Isaías 45:3 “y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados…” Pidamos y recibamos los tesoros y los secretos que tienen que ver con la eternidad. Empecemos con Efesios 2:4-10 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Notemos: 1. Por gracia sois salvos. 2. Las abundantes riquezas de su gracia. 3. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe. 4. No por obras. Y luego leamos: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras”… Preparados para que hagamos buenas obras. Salvos por gracia, por fe. No por obras sino para obras. Somos preparados de antemano por Dios para obras. El por y el para, aquí son de inmensa importancia en nuestra eternidad. Juan 3:14 “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Eternidad con Dios). Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Eternidad con Jehová, Jesús y el Espíritu Santo). Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él’’ (Para la eternidad). El “creer” escrito en estos textos bíblicos no es un asunto pasivo sino un asunto de fe, de nacer de nuevo, de arrepentimiento y de seguir a Jesús. Como dijo Santiago: “fe sin obras es muerta en sí”. CUARTA PARTERECOMPENZASAhora veamos lo que las sagradas escrituras enseñan de obras y la eternidad. El apóstol Pablo nos pinta, con palabras gráficas, el resultado de lo que hagamos nosotros. 1 Corintios 3:10-13 “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca. La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará”. Veámoslo así: el fuego de la prueba no consume el oro, ni la plata, ni tampoco las piedras preciosas. Y es que estos pueden sobrevivir ilesos al incendio. La persona que ha añadido buenas obras (oro, plata, piedras preciosas) a su salvación por fe, no perderá nada en la prueba. Pero la persona que no ha añadido buenas obras a su salvación por fe, sino que ha perdido las oportunidades de hacer el bien; es como si hubiera edificado con madera, heno y hojarasca sobre el fundamento de Jesucristo, entonces él será como uno que en la noche oye el grito: “¡Incendio! ¡Incendio!”, recoge una toalla para cubrirse y corre a la calle sin nada más. 1 Corintios 3:14-15 “Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”. Pongamos nuestra atención a esto: “recibirá recompensa”. Recompensa por sus buenas obras, no recibe salvación por sus buenas obras, sino recompensas. ¡Y muchas de estas recompensas son eternas! ¡Son para siempre! Veamos varias escrituras que nos prometen recompensas eternas: Mateo 5:10-13 “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”. Mateo 6:3-6 “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Apocalipsis 22:12 “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”. 2 Juan 1:8 “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo”. Mateo 16:27 “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”. Marcos 9:41 “Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”. Colosenses 2:18 “Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal”. Apocalipsis 14:13 “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. Colosenses 3:22-24 “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”. Hebreos 10:35-36 “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”. Hebreos 11:24-26 “Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón”. En el libro de Apocalipsis encontramos una lista de las recompensas que recibirán los vencedores, los que no vuelven atrás, los que anhelan presentarse con Jehová, con Jesús y con el Espíritu Santo, los que son fieles hasta que son llamados a su eternidad donde seguirán sirviéndole para siempre: Apocalipsis 2:7 “... Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. Apocalipsis 2:11 “… El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte”. Apocalipsis 2:17 “… Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. Apocalipsis 2:26 “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones”. Apocalipsis 3:5 “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. Apocalipsis 3:12 “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Apocalipsis 3:21 “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 21:7 “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”. ¡Es más allá de nuestra comprensión! Habiendo sido salvos por gracia, por fe, por su sacrificio, Él luego nos promete galardones, recompensas, pago, premio, autoridad y herencia. Y estas gracias de su mano son eternas, son para siempre, ¡Señor! ¡Gracias! ¡Mil veces gracias! |
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VIDA ETERNA |
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TERCERA PARTEVIDA ETERNA¿Qué es la eternidad? Algo maravilloso que jamás tendrá un fin. Algo horrible que jamás tendrá un fin. La Biblia es un libro de la eternidad y en sus páginas nos habla de: • Vida eterna. • Misericordia eterna. • Justicia eterna. • Una morada eterna. • Salvación eterna. • Gloria eterna. • Ordenación eterna. • Confusión eterna. • Afrenta perpetua. • Castigo eterno. • Una casa eterna. • Perdición eterna. • Consolación eterna. • Redención eterna. • Una herencia eterna. De todos estos, vida eterna esta mencionada más que cualquier otro. ¡Vida eterna! ¡Vida eterna! ¡Vida eterna! ¡Si parara la vida, no sería eterna! Conviértase usted en un seguidor de Jesús y Él le dará la vida eterna. Recuerde… usted no va a morir, su cuerpo morirá, su alma morirá, pero su espíritu nunca morirá. A propósito, ¿dónde va a pasar su eternidad? ¿Está seguro? Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para entender la eternidad, los cielos, distintas dimensiones espirituales, gracia, fe, castigos, condenación, perdón, nuevos nacimientos, galardones, recompensas “por” y “para”. Consideremos Isaías 45:3 “y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados…” Pidamos y recibamos los tesoros y los secretos que tienen que ver con la eternidad. Empecemos con Efesios 2:4-10 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Notemos: 1. Por gracia sois salvos. 2. Las abundantes riquezas de su gracia. 3. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe. 4. No por obras. Y luego leamos: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras”… Preparados para que hagamos buenas obras. Salvos por gracia, por fe. No por obras sino para obras. Somos preparados de antemano por Dios para obras. El por y el para, aquí son de inmensa importancia en nuestra eternidad. Juan 3:14 “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Eternidad con Dios). Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Eternidad con Jehová, Jesús y el Espíritu Santo). Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él’’ (Para la eternidad). El “creer” escrito en estos textos bíblicos no es un asunto pasivo sino un asunto de fe, de nacer de nuevo, de arrepentimiento y de seguir a Jesús. Como dijo Santiago: “fe sin obras es muerta en sí”. CUARTA PARTERECOMPENZASAhora veamos lo que las sagradas escrituras enseñan de obras y la eternidad. El apóstol Pablo nos pinta, con palabras gráficas, el resultado de lo que hagamos nosotros. 1 Corintios 3:10-13 “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca. La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará”. Veámoslo así: el fuego de la prueba no consume el oro, ni la plata, ni tampoco las piedras preciosas. Y es que estos pueden sobrevivir ilesos al incendio. La persona que ha añadido buenas obras (oro, plata, piedras preciosas) a su salvación por fe, no perderá nada en la prueba. Pero la persona que no ha añadido buenas obras a su salvación por fe, sino que ha perdido las oportunidades de hacer el bien; es como si hubiera edificado con madera, heno y hojarasca sobre el fundamento de Jesucristo, entonces él será como uno que en la noche oye el grito: “¡Incendio! ¡Incendio!”, recoge una toalla para cubrirse y corre a la calle sin nada más. 1 Corintios 3:14-15 “Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”. Pongamos nuestra atención a esto: “recibirá recompensa”. Recompensa por sus buenas obras, no recibe salvación por sus buenas obras, sino recompensas. ¡Y muchas de estas recompensas son eternas! ¡Son para siempre! Veamos varias escrituras que nos prometen recompensas eternas: Mateo 5:10-13 “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”. Mateo 6:3-6 “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Apocalipsis 22:12 “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”. 2 Juan 1:8 “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo”. Mateo 16:27 “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”. Marcos 9:41 “Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”. Colosenses 2:18 “Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal”. Apocalipsis 14:13 “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. Colosenses 3:22-24 “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”. Hebreos 10:35-36 “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”. Hebreos 11:24-26 “Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón”. En el libro de Apocalipsis encontramos una lista de las recompensas que recibirán los vencedores, los que no vuelven atrás, los que anhelan presentarse con Jehová, con Jesús y con el Espíritu Santo, los que son fieles hasta que son llamados a su eternidad donde seguirán sirviéndole para siempre: Apocalipsis 2:7 “... Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. Apocalipsis 2:11 “… El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte”. Apocalipsis 2:17 “… Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. Apocalipsis 2:26 “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones”. Apocalipsis 3:5 “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. Apocalipsis 3:12 “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Apocalipsis 3:21 “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 21:7 “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”. ¡Es más allá de nuestra comprensión! Habiendo sido salvos por gracia, por fe, por su sacrificio, Él luego nos promete galardones, recompensas, pago, premio, autoridad y herencia. Y estas gracias de su mano son eternas, son para siempre, ¡Señor! ¡Gracias! ¡Mil veces gracias! |
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