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ES TIEMPO QUE... ¡TOMEMOS LA SANTIDAD CON SERIEDAD! | |||||||
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Entre los jóvenes, en una de sus reuniones, se desató una visitación del Espíritu de Dios llamándonos al arrepentimiento y señalándonos la urgencia de la hora en que vivimos. Fue tan sobrenatural y tan fuerte que nunca en mi vida he estado en algo tan asombroso. Me hizo pensar en lo que relata Edward Miller en su libro Secretos del Avivamiento en Argentina (publicado por Editorial Peniel). En Junio de 1951 se desató algo similar a la reunión de jóvenes en nuestra iglesia, pero aun más poderoso, en una escuela bíblica en City Bell, Argentina. Aunque fue relativamente aislado y en su momento desconocido, fue la pauta para un gran cambio en la iglesia y el gobierno de Argentina. "El principio básico del reino del mal responde a que el poder de Satanás, ya sea individual o colectivo, está en el pecado porque este obedece y acepta su autoridad, y al mismo tiempo, representa el rechazo de los decretos de Jesús,el Rey de Justicia. La obediencia al pecado y a la tentación, tanto de un individuo como de un gobierno, da autoridad al príncipe del mal. Cuanto más se le obedece, mayor es el pecado y la desobediencia a Dios. Entonces, el príncipe de las tinieblas crece en poder y autoridad. Por lo tanto, cuando un individuo puede ser guiado por el Espíritu Santo al arrepentimiento y al repudio del pecado, al rechazo del dominio del pecado y del poder del mal; el poder del príncipe del mal puede ser justamente quebrantado. Cuanto más profundo sea el arrepentimiento, más intenso será el repudio y el odio manifiesto hacia la maldad, disminuyendo el poder y la autoridad que el malo ejerce sobre determinada persona o lugar. Dios llamó a cincuenta argentinos a un tiempo de poderoso arrepentimiento, con un sentido de rechazo y repudio hacia la maldad y su príncipe. Por lo tanto, Cristo pudo decirle a Satanás, en su justicia eterna: "Mira, aquí tengo cincuenta personas que han optado y clamado por justicia, me haré cargo de la nación entera. Así como he ganado su lealtad, también ganaré la lealtad de miles en aquella nación, que rechazarán tu reinado, optando de todo corazón por el Reino de Justicia.« »El gran rechazo por el reino del mal, nacido de quienes buscaban un profundo y sincero arrepentimiento, fue el fundamento real del poderoso avivamiento que Dios soltó sobre Argentina. Aquel repudio por el reino de Satanás dio a Dios el derecho de invadir y despojar al príncipe de maldad y a sus demonios sobre esta tierra." Mientras lo leía en voz alta, los jóvenes vinieron a sentarse en derredor de la plataforma para escuchar. Mientras leía me vino un agonizante impacto al corazón: ¡Nuestras intercesiones son en vano! No estamos viviendo victorias a nivel nacional como quisiéramos porque muchos pastores y líderes tienen una actitud de ligereza en cuanto al pecado (su propio pecado y el de la iglesia). Hemos caído en una actitud de un cristianismo "Light" por lo tanto estamos perdiendo muchas batallas. La oración de intercesión tiene que ser acompañada con humillación, arrepentimiento genuino y la búsqueda del rostro de Dios, o de otra manera será vana e infructuosa (vea 2ª Crónicas 7:14). Justamente hace tiempo, un pastor del sur de la República vino conmigo queriendo que yo le ayudara en ser restaurado al ministerio. Él había cometido adulterio varias veces con una mujer joven de su congregación, según él, no por amor, sino solo por el sexo. Quería volver al pastorado en unos tres o cuatro meses. ¡Qué actitud tan ligera en cuanto a este grave pecado! ¡Con razón nuestras intercesiones no están teniendo impacto! En mi opinión, en vez de pensar,"¿cuándo puede volver al ministerio?", este pastor debe pensar en la restauración de su propia vida cristiana y de su matrimonio. Pero, ¿volver al ministerio en tres o cuatro meses?, cuando sabemos que solamente reestablecer la confianza en un matrimonio toma mucho más tiempo que eso, cómo puede este hermano pensar en volver al pastorado. ¡No es posible! San Pablo dijo: "Golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros yo mismo venga a ser eliminado" (como heraldo). ¿Dónde está nuestra comprensión de la gravedad del pecado? ¿Cuál es nuestro concepto de santidad? Con pastores así, no es de sorprendernos que las congregaciones estén llenas de fornicación, adulterio, pornografía, homosexualidad, abuso de niños y otras cosas que atraen el juicio de Dios y que literalmente, miles de cristianos jóvenes y tiernos en la fe han sido tan heridos, desanimados, desilusionados y entristecidos que han abandonado a la iglesia a causa de la ligereza con que se trata este grave pecado. Algunos hasta han abandonado la fe. ¡Tenemos que pensar en estos pequeños! ¡Tenemos que proteger a los indefensos! Hace poco un líder joven pidió hablar conmigo. Quebrantado me dijo que mientras su pastor dirige una iglesia grande en la República mexicana, ha estado enamorando a varias señoritas y fornicando con ellas y que el liderazgo lo sabe y está cubriendo su pecado. ¿Cómo puede ser? ¿Hemos perdido el temor de Dios? ¡Estamos burlándonos de Su gracia, misericordia y perdón! ¡Qué todos los pastores y líderes en la iglesia que estén en adulterio, fornicación u homosexualidad se arrepientan, renuncien al pastorado y busquen ayuda para escapar del pecado y ser restaurados a la vida cristiana! Por favor leamos estas escrituras: Efesios 5:3-7; 1ª Corintios 5:11-13; 9:26-27; Romanos 12:9; Hebreos 1:9; Proverbios 8:13. Recordemos que Balaam no pudo maldecir a Israel cuando Balac le pidió que lo hiciera (Números 22). Lo que sí hizo, fue aconsejar a Balac que él metiera a sus bellas mujeres entre los israelitas para provocarles a fornicar y luego Dios les maldeciría y castigaría. ¿Pudiera ser que lo mismo nos está sucediendo en la iglesia hoy en día? Otro pecado muy común entre nosotros es la crítica y la discordia. Con tanta ligereza acusamos a otro hermano en la fe y enjuiciamos a los líderes que Dios ha levantado. Proverbios 6:19b dice que Dios aborrece al que siembra discordia entre hermanos. ¡Pidamos que un espíritu de arrepentimiento invada a la iglesia! Solo así podremos retormar el poder de la intercesión. Es decir, la oración intercesora acompañada con humillación, arrepentimiento y la búsqueda de Dios. Luego podremos ver a Dios levantarse como poderoso gigante peleando por nosotros para disipar el pecado, la maldad y establecer el Reino de Dios en nuestro amado México. |
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Por: Hno. Victor Richards
ES TIEMPO QUE... ¡TOMEMOS LA SANTIDAD CON SERIEDAD! |
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Entre los jóvenes, en una de sus reuniones, se desató una visitación del Espíritu de Dios llamándonos al arrepentimiento y señalándonos la urgencia de la hora en que vivimos. Fue tan sobrenatural y tan fuerte que nunca en mi vida he estado en algo tan asombroso. Me hizo pensar en lo que relata Edward Miller en su libro Secretos del Avivamiento en Argentina (publicado por Editorial Peniel). En Junio de 1951 se desató algo similar a la reunión de jóvenes en nuestra iglesia, pero aun más poderoso, en una escuela bíblica en City Bell, Argentina. Aunque fue relativamente aislado y en su momento desconocido, fue la pauta para un gran cambio en la iglesia y el gobierno de Argentina. "El principio básico del reino del mal responde a que el poder de Satanás, ya sea individual o colectivo, está en el pecado porque este obedece y acepta su autoridad, y al mismo tiempo, representa el rechazo de los decretos de Jesús,el Rey de Justicia. La obediencia al pecado y a la tentación, tanto de un individuo como de un gobierno, da autoridad al príncipe del mal. Cuanto más se le obedece, mayor es el pecado y la desobediencia a Dios. Entonces, el príncipe de las tinieblas crece en poder y autoridad. Por lo tanto, cuando un individuo puede ser guiado por el Espíritu Santo al arrepentimiento y al repudio del pecado, al rechazo del dominio del pecado y del poder del mal; el poder del príncipe del mal puede ser justamente quebrantado. Cuanto más profundo sea el arrepentimiento, más intenso será el repudio y el odio manifiesto hacia la maldad, disminuyendo el poder y la autoridad que el malo ejerce sobre determinada persona o lugar. Dios llamó a cincuenta argentinos a un tiempo de poderoso arrepentimiento, con un sentido de rechazo y repudio hacia la maldad y su príncipe. Por lo tanto, Cristo pudo decirle a Satanás, en su justicia eterna: "Mira, aquí tengo cincuenta personas que han optado y clamado por justicia, me haré cargo de la nación entera. Así como he ganado su lealtad, también ganaré la lealtad de miles en aquella nación, que rechazarán tu reinado, optando de todo corazón por el Reino de Justicia.« »El gran rechazo por el reino del mal, nacido de quienes buscaban un profundo y sincero arrepentimiento, fue el fundamento real del poderoso avivamiento que Dios soltó sobre Argentina. Aquel repudio por el reino de Satanás dio a Dios el derecho de invadir y despojar al príncipe de maldad y a sus demonios sobre esta tierra." Mientras lo leía en voz alta, los jóvenes vinieron a sentarse en derredor de la plataforma para escuchar. Mientras leía me vino un agonizante impacto al corazón: ¡Nuestras intercesiones son en vano! No estamos viviendo victorias a nivel nacional como quisiéramos porque muchos pastores y líderes tienen una actitud de ligereza en cuanto al pecado (su propio pecado y el de la iglesia). Hemos caído en una actitud de un cristianismo "Light" por lo tanto estamos perdiendo muchas batallas. La oración de intercesión tiene que ser acompañada con humillación, arrepentimiento genuino y la búsqueda del rostro de Dios, o de otra manera será vana e infructuosa (vea 2ª Crónicas 7:14). Justamente hace tiempo, un pastor del sur de la República vino conmigo queriendo que yo le ayudara en ser restaurado al ministerio. Él había cometido adulterio varias veces con una mujer joven de su congregación, según él, no por amor, sino solo por el sexo. Quería volver al pastorado en unos tres o cuatro meses. ¡Qué actitud tan ligera en cuanto a este grave pecado! ¡Con razón nuestras intercesiones no están teniendo impacto! En mi opinión, en vez de pensar,"¿cuándo puede volver al ministerio?", este pastor debe pensar en la restauración de su propia vida cristiana y de su matrimonio. Pero, ¿volver al ministerio en tres o cuatro meses?, cuando sabemos que solamente reestablecer la confianza en un matrimonio toma mucho más tiempo que eso, cómo puede este hermano pensar en volver al pastorado. ¡No es posible! San Pablo dijo: "Golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros yo mismo venga a ser eliminado" (como heraldo). ¿Dónde está nuestra comprensión de la gravedad del pecado? ¿Cuál es nuestro concepto de santidad? Con pastores así, no es de sorprendernos que las congregaciones estén llenas de fornicación, adulterio, pornografía, homosexualidad, abuso de niños y otras cosas que atraen el juicio de Dios y que literalmente, miles de cristianos jóvenes y tiernos en la fe han sido tan heridos, desanimados, desilusionados y entristecidos que han abandonado a la iglesia a causa de la ligereza con que se trata este grave pecado. Algunos hasta han abandonado la fe. ¡Tenemos que pensar en estos pequeños! ¡Tenemos que proteger a los indefensos! Hace poco un líder joven pidió hablar conmigo. Quebrantado me dijo que mientras su pastor dirige una iglesia grande en la República mexicana, ha estado enamorando a varias señoritas y fornicando con ellas y que el liderazgo lo sabe y está cubriendo su pecado. ¿Cómo puede ser? ¿Hemos perdido el temor de Dios? ¡Estamos burlándonos de Su gracia, misericordia y perdón! ¡Qué todos los pastores y líderes en la iglesia que estén en adulterio, fornicación u homosexualidad se arrepientan, renuncien al pastorado y busquen ayuda para escapar del pecado y ser restaurados a la vida cristiana! Por favor leamos estas escrituras: Efesios 5:3-7; 1ª Corintios 5:11-13; 9:26-27; Romanos 12:9; Hebreos 1:9; Proverbios 8:13. Recordemos que Balaam no pudo maldecir a Israel cuando Balac le pidió que lo hiciera (Números 22). Lo que sí hizo, fue aconsejar a Balac que él metiera a sus bellas mujeres entre los israelitas para provocarles a fornicar y luego Dios les maldeciría y castigaría. ¿Pudiera ser que lo mismo nos está sucediendo en la iglesia hoy en día? Otro pecado muy común entre nosotros es la crítica y la discordia. Con tanta ligereza acusamos a otro hermano en la fe y enjuiciamos a los líderes que Dios ha levantado. Proverbios 6:19b dice que Dios aborrece al que siembra discordia entre hermanos. ¡Pidamos que un espíritu de arrepentimiento invada a la iglesia! Solo así podremos retormar el poder de la intercesión. Es decir, la oración intercesora acompañada con humillación, arrepentimiento y la búsqueda de Dios. Luego podremos ver a Dios levantarse como poderoso gigante peleando por nosotros para disipar el pecado, la maldad y establecer el Reino de Dios en nuestro amado México. |
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Entre los jóvenes, en una de sus reuniones, se desató una visitación del Espíritu de Dios llamándonos al arrepentimiento y señalándonos la urgencia de la hora en que vivimos. Fue tan sobrenatural y tan fuerte que nunca en mi vida he estado en algo tan asombroso. Me hizo pensar en lo que relata Edward Miller en su libro Secretos del Avivamiento en Argentina (publicado por Editorial Peniel). En Junio de 1951 se desató algo similar a la reunión de jóvenes en nuestra iglesia, pero aun más poderoso, en una escuela bíblica en City Bell, Argentina. Aunque fue relativamente aislado y en su momento desconocido, fue la pauta para un gran cambio en la iglesia y el gobierno de Argentina. "El principio básico del reino del mal responde a que el poder de Satanás, ya sea individual o colectivo, está en el pecado porque este obedece y acepta su autoridad, y al mismo tiempo, representa el rechazo de los decretos de Jesús,el Rey de Justicia. La obediencia al pecado y a la tentación, tanto de un individuo como de un gobierno, da autoridad al príncipe del mal. Cuanto más se le obedece, mayor es el pecado y la desobediencia a Dios. Entonces, el príncipe de las tinieblas crece en poder y autoridad. Por lo tanto, cuando un individuo puede ser guiado por el Espíritu Santo al arrepentimiento y al repudio del pecado, al rechazo del dominio del pecado y del poder del mal; el poder del príncipe del mal puede ser justamente quebrantado. Cuanto más profundo sea el arrepentimiento, más intenso será el repudio y el odio manifiesto hacia la maldad, disminuyendo el poder y la autoridad que el malo ejerce sobre determinada persona o lugar. Dios llamó a cincuenta argentinos a un tiempo de poderoso arrepentimiento, con un sentido de rechazo y repudio hacia la maldad y su príncipe. Por lo tanto, Cristo pudo decirle a Satanás, en su justicia eterna: "Mira, aquí tengo cincuenta personas que han optado y clamado por justicia, me haré cargo de la nación entera. Así como he ganado su lealtad, también ganaré la lealtad de miles en aquella nación, que rechazarán tu reinado, optando de todo corazón por el Reino de Justicia.« »El gran rechazo por el reino del mal, nacido de quienes buscaban un profundo y sincero arrepentimiento, fue el fundamento real del poderoso avivamiento que Dios soltó sobre Argentina. Aquel repudio por el reino de Satanás dio a Dios el derecho de invadir y despojar al príncipe de maldad y a sus demonios sobre esta tierra." Mientras lo leía en voz alta, los jóvenes vinieron a sentarse en derredor de la plataforma para escuchar. Mientras leía me vino un agonizante impacto al corazón: ¡Nuestras intercesiones son en vano! No estamos viviendo victorias a nivel nacional como quisiéramos porque muchos pastores y líderes tienen una actitud de ligereza en cuanto al pecado (su propio pecado y el de la iglesia). Hemos caído en una actitud de un cristianismo "Light" por lo tanto estamos perdiendo muchas batallas. La oración de intercesión tiene que ser acompañada con humillación, arrepentimiento genuino y la búsqueda del rostro de Dios, o de otra manera será vana e infructuosa (vea 2ª Crónicas 7:14). Justamente hace tiempo, un pastor del sur de la República vino conmigo queriendo que yo le ayudara en ser restaurado al ministerio. Él había cometido adulterio varias veces con una mujer joven de su congregación, según él, no por amor, sino solo por el sexo. Quería volver al pastorado en unos tres o cuatro meses. ¡Qué actitud tan ligera en cuanto a este grave pecado! ¡Con razón nuestras intercesiones no están teniendo impacto! En mi opinión, en vez de pensar,"¿cuándo puede volver al ministerio?", este pastor debe pensar en la restauración de su propia vida cristiana y de su matrimonio. Pero, ¿volver al ministerio en tres o cuatro meses?, cuando sabemos que solamente reestablecer la confianza en un matrimonio toma mucho más tiempo que eso, cómo puede este hermano pensar en volver al pastorado. ¡No es posible! San Pablo dijo: "Golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros yo mismo venga a ser eliminado" (como heraldo). ¿Dónde está nuestra comprensión de la gravedad del pecado? ¿Cuál es nuestro concepto de santidad? Con pastores así, no es de sorprendernos que las congregaciones estén llenas de fornicación, adulterio, pornografía, homosexualidad, abuso de niños y otras cosas que atraen el juicio de Dios y que literalmente, miles de cristianos jóvenes y tiernos en la fe han sido tan heridos, desanimados, desilusionados y entristecidos que han abandonado a la iglesia a causa de la ligereza con que se trata este grave pecado. Algunos hasta han abandonado la fe. ¡Tenemos que pensar en estos pequeños! ¡Tenemos que proteger a los indefensos! Hace poco un líder joven pidió hablar conmigo. Quebrantado me dijo que mientras su pastor dirige una iglesia grande en la República mexicana, ha estado enamorando a varias señoritas y fornicando con ellas y que el liderazgo lo sabe y está cubriendo su pecado. ¿Cómo puede ser? ¿Hemos perdido el temor de Dios? ¡Estamos burlándonos de Su gracia, misericordia y perdón! ¡Qué todos los pastores y líderes en la iglesia que estén en adulterio, fornicación u homosexualidad se arrepientan, renuncien al pastorado y busquen ayuda para escapar del pecado y ser restaurados a la vida cristiana! Por favor leamos estas escrituras: Efesios 5:3-7; 1ª Corintios 5:11-13; 9:26-27; Romanos 12:9; Hebreos 1:9; Proverbios 8:13. Recordemos que Balaam no pudo maldecir a Israel cuando Balac le pidió que lo hiciera (Números 22). Lo que sí hizo, fue aconsejar a Balac que él metiera a sus bellas mujeres entre los israelitas para provocarles a fornicar y luego Dios les maldeciría y castigaría. ¿Pudiera ser que lo mismo nos está sucediendo en la iglesia hoy en día? Otro pecado muy común entre nosotros es la crítica y la discordia. Con tanta ligereza acusamos a otro hermano en la fe y enjuiciamos a los líderes que Dios ha levantado. Proverbios 6:19b dice que Dios aborrece al que siembra discordia entre hermanos. ¡Pidamos que un espíritu de arrepentimiento invada a la iglesia! Solo así podremos retormar el poder de la intercesión. Es decir, la oración intercesora acompañada con humillación, arrepentimiento y la búsqueda de Dios. Luego podremos ver a Dios levantarse como poderoso gigante peleando por nosotros para disipar el pecado, la maldad y establecer el Reino de Dios en nuestro amado México. |
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