Por: Hno. Victor Richards
Publicado el: Martes 30 de Junio, 2015
¿Eres tú una llama ardiente por Dios? ¿Te has consagrado completamente al Señor? Si tú no eres un cristiano con estas características te animo a que no dejes pasar otro día de tu vida siendo el mismo. Busca a Dios con todo tu corazón y pide que Su Espíritu Santo te llene completamente, a tal grado, que puedas decir como Smith Wigglesworth, "he sido bautizado con el Espíritu Santo como en el día de Pentecostés".
Wigglesworth estaba convencido que toda enfermedad provenía del diablo, así que llegó a ser conocido por las demostraciones físicas que eran sorprendentes, desconcertantes y hasta alarmantes, al tratar con los enfermos, bajo la unción del Espíritu Santo.
En una ocasión, le fue llevado a Wigglesworth un hombre al borde de la muerte con cáncer. Aun le acompañaba el médico para revisar sus signos vitales.
"¿Qué es lo que tiene?", preguntó Wigglesworth.
"Se esta muriendo de cáncer" replicó el médico. En ese momento de manera repentina, Wigglesworth le dio al hombre un puñetazo en el estomago con tanta fuerza, que el hombre cayó al suelo.
El médico gritó: "¡Lo mataste! ¡Lo mataste!".
Smith simplemente contestó: "Él ha sido sanado". Y continuó orando por otros. Diez minutos después, el hombre andaba corriendo por todos los pasillos… totalmente sano.
A Wigglesworth no le impresionó en lo absoluto… él ya estaba acostumbrado.
Wigglesworth decía: "Yo no golpeo a las personas, golpeo al diablo. Si da el caso que las personas estorban mi paso directo al diablo, ni modo… ¡Uno no debe tratar al diablo con delicadeza!".
En otra ocasión, una mujer totalmente incapacitada por el cáncer, fue llevada a él, sostenida en pie por dos personas. Wigglesworth le ordenó a su acompañantes: "¡Suéltenla!" Pero cuando obedecieron, ella inmediatamente cayó al suelo. Smith, sin titubear, les dijo: "Levántenla" y después que obedecieran, ordenó: "Suéltenla y dejen que se quede parada por si sola".
Ya para entonces, muchos de la congregación estaban molestos por la aparente insensibilidad de Smith, mayor aún cuando la mujer otra vez cayó. Pero Smith, sin poner atención alguna a la reacción de la gente, repitió la orden por tercera vez.
"¡Bruto, ingrato!" gritó un hombre entre la audiencia. Wigglesworth le miró directamente y le dijo: "Tú atiende tus propios asuntos. Yo sé que es lo que estoy haciendo".
Entonces, volteando con las dos amigas que sostenían a la mujer, les ordenó: "¡Suéltenla, y dejen que se quede parada sola. ¡Hagan lo que les digo!".
Furiosas, pero intimidadas por él, otra vez la soltaron. Esta vez, ella no se cayó. ¡Y ante los ojos de todos, el cáncer desapareció de su cuerpo!".
Sí, la fe de Wigglesworth era agresiva y violenta. Pero a la vez, era un hombre de gran compasión. Es importante aclarar que los actos de Wigglesworth no eran meros actos impulsivos, que Dios entonces respaldaba. Todo lo contrario, él se pasaba horas en comunión con Dios, y el Espíritu le daba visiones de lo que iba a ocurrir, y de lo que él debía hacer, en las siguientes reuniones. Así, él sólo actuaba en respuesta a lo que Dios le había revelado anteriormente. ¡Nadie debe imitar la conducta de Wigglesworth! Cada persona que quiere ser usada por Dios con los mismos resultados tiene que pasar el tiempo necesario con Dios y escuchar Sus directivas para él y su ministerio. Tenemos que oírlo, verlo y obedecerlo por nosotros mismos o correremos el riesgo de dañar a las personas que ministramos.
Además de los cientos de sanidades milagrosas y asombrosas, se handocumentado oficialmente catorce casos de personas que fueron levantadas de la muerte, aunque puede que el número haya llegado a veintitrés.
En una ocasión, la esposa de un amigo murió. Smith tomó el cuerpo inerte de la mujer, y deteniéndola con sus manos, la paró contra la pared. La miró a la cara y le dijo: "En el nombre de Jesús, reprendo esta muerte". Desde la corona de su cabeza hasta las plantas de sus pies, todo su cuerpo comenzó a temblar. Entonces Smith le dijo: "En el nombre de Jesús te ordeno que camines". La mujer entonces caminó, viva, y totalmente sanada de la terrible enfermedad que había causado su muerte. A partir de allí, ella testificaba a todos de su experiencia de muerte y restauración.
El caso que más le dolió fue cuando su amada esposa Polly enfermó y murió. Él no estaba, pero cuando llegó a casa, entró al cuarto, vio su cuerpo inerte y reprendió la muerte y ordenó que la vida le regresase. Pero entonces Polly abrió los ojos y le dijo: "¿Qué has hecho Smith? ¡El Señor me quiere con Él!".
Ella no quería volver a la tierra. Después de una breve conversación, él la soltó, permitiéndole volver al cielo para estar con su Señor.
Su predicación
Smith no leía otra cosa salvo la Biblia. Inclusive, relata un amigo que cuando él fue a visitarlo a su casa por primera vez, ¡Smith le obligó a tirar su periódico antes de entrar!
Al leer la Biblia, él esperaba que el Espíritu le dirigiera a un pasaje particular sobre el cual predicar. Con frecuencia daba un mensaje corto en lenguas que inmediatamente interpretaba. También incluía en sus mensajes ejemplos del poder sanador de Dios. El creía que sus mensajes deberían causar que la gente o se regocijara o se enfureciera. Frecuentemente decía: "Si usted no esta progresando (en su caminar cristiano) cada día, entonces se está deslizando".
En cierta ocasión estuvo predicando acerca de la fe y entre los asistentes había un hombre, que una y otra vez declaró en voz alta: "No voy a creer". Aun lo gritó intentando interrumpir el mensaje. Cuando terminó la reunión, salió, gritando otra vez, "¡No voy a creer!".
Al siguiente día recibió Smith un mensaje: Saliendo de la reunión el Espíritu le había hablado al hombre incrédulo y le dijo: "Porque no creíste, te vas a quedar mudo". Y así pasó efectivamente. Cuando uno de los dirigentes de la reunión fue a buscar a este hombre, encontró que su boca estaba en "una condición terrible". Sacó una hoja y escribió: "Tuve la oportunidad para creer, pero rehusé creer. Y ahora no puedo creer, y tampoco puedo hablar."
El ministerio de Smith, bien se puede resumir en sus propias palabras:
"Hay cuatro cosas que necesitamos mantener: "Primero, lea la Palabra de Dios. Segundo, consuma la Palabra de Dios hasta que ésta lo consuma a usted. Tercero, crea la Palabra de Dios. Cuatro, actué sobre esa Palabra".
Wigglesworth fue un hombre que caminó y vivió en la presencia de Dios. Su objetivo era estar en constante e incesante comunión con el Padre. Había pasado horas y días fervientemente buscando a Dios en sus primeros años, pero posteriormente, aunque su vida era una combinación de incesante oración y alabanza, y cada palabra y cada acción era una obra de adoración, no dedicaba largos periodos de tiempo al ayuno y a la oración. En su lugar, había aprendido el secreto de estar en constante, íntima comunión con Dios (en ocasiones apartándose quietamente para este fin), aún cuando estaba en medio de una multitud de personas. Caminaba por fe, y estaba "en el Espíritu" en todo momento.
Él decía: "Hay dos lados del Bautismo: El primero es: Tú posees al Espíritu, el segundo es cuando el Espíritu te posee a ti".
Él había calculado el precio, y todo era de Dios. Verdaderamente comprendía la autoridad divina, y caminaba en ella. Cuando él decía "sean llenos del Espíritu" lo que en realidad quería decir era: "Sean saturados del Espíritu, tan saturados que no habrá lugar para cualquier otra cosa". Así es como vivió: Lleno de audacia, lleno de fe y del Espíritu Santo.
Smith hacía mucho énfasis en la pureza y la santidad, al igual que todas las personas que Dios usa en los avivamientos. El decía: "Cada día, tienes que llegar a una cima más alta. Tienes que negarte a ti mismo para progresar con Dios. Tienes que rehusar toda cosa que no sea pura y santa.
"Dios te quiere puro de corazón. Quiere que tengas un intenso deseo de ser santo...Hay dos cosas que te harán despojarte de ti mismo y entrar a las promesas de Dios. Una es la pureza, y la otra es FE, la cual crecerá mas y mas a través de la pureza". Esta declaración es probablemente el secreto clave del gran éxito de Wigglesworth en Dios. Y es obviamente una clave que todos debemos recordar. Otro punto que debemos recordar es que Smith siempre estuvo al tanto de los peligros del dinero, y se cuidaba celosamente de no entrar en ambición. En esta área, tampoco, merece reproche alguno.
Yo estoy convencido que Smith fue un precursor directo a los ministerios que están por levantarse en nuestro día. Creo que los ministerios apostólicos venideros, los cuales traerán avivamiento en estos últimos días, combinarán la fe milagrosa y atrevida de Smith Wigglesworth con la clase de predicación de Finney, la cual traía a las almas a profunda convicción y arrepentimiento. Y ambos se moverán bajo la fuerte unción que combina lo mejor de ambas clases de ministerio. ¡Cuan gloriosos serán esos días!
Smith murió a la edad de 87 años, fue una llama de Dios hasta el final. ¡Que sea un ejemplo para todos nosotros!
Poco antes de morir, Smith tuvo una profecía. Profetizó dos grandes movimientos de Dios, el primero, enfocado en los milagros, y el segundo, enfocado en la Palabra. Pero dijo que el mas gran mover de Dios que jamás haya existido ocurrirá cuando ambos movimientos del Espíritu, el énfasis en la Palabra y en lo sobrenatural, se combinen; ¡es entonces que la iglesia de Jesucristo verá lo que jamás ha visto antes! |
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