El Reino de los Cielos Pt.II | |||||||
La Ley de la humildad La semana pasada comenzamos esta serie y vimos aspectos relevantes del Reino de los cielos:
Jesús dijo que el reino de Dios, está entre nosotros aquí y ahora. También dijimos que tiene principios o leyes, que quien camina en ellos experimentará una vida de bendición. La constitución del reino de Dios, nos habla de una virtud que es sobre todas las demás, la humildad. El principio de humildad o la ley de humildad, es un principio en el cual debemos aprender a vivir. Alguien pudiera decir: “eso no me parece poderoso”. Eso piensan algunos, porque no entienden el reino de Dios; en el reino de Dios si quieres subir, primero tienes que bajar. En el reino de Dios si quieres ser importante, alguien grande, tienes que ser como un niño. Alguien puede preguntar, ¿cómo puede la humildad ser el cimiento de felicidad, prosperidad y satisfacción en la vida? Santiago 4:6(b) nos dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. ¿A quién resiste? A los soberbios ¿A quién da gracia? A los humildes Activamente Dios se mueve en contra del soberbio y activamente obra a favor del humilde, Él da gracia a los humildes. “Humildad es la capacidad que tiene una persona para aprender de todos y además que se siga comportando con la misma sencillez y modestia”. Humildad es lo contrario a soberbia, al soberbio ya no hay nada que enseñarle, lo sabe todo, o cree, que lo sabe todo. Los humildes son grandes porque se superan día a día sin vanagloriarse en su crecimiento. Creo que muchas veces la manera que entendemos algo es viendo lo opuesto. Piensa, ¿qué es la soberbia?, es orgullo y altivez, que es lo opuesto a la humildad, entonces con más facilidad entendemos lo que es humildad. Dios insiste que seamos humildes si vamos a recibir su favor y bendición. De otra manera, si no somos humildes Dios está en nuestra contra. Hay personas que han recibido a Jesús, pero no son humildes, todavía hay altivez de espíritu, todavía hay orgullo en sus vidas y nada les sale bien y cuando oyen los testimonios de personas que están siendo bendecidos, piensan: “eso no es cierto”. Pero ellos no han aprendido este primer principio del reino… HUMILDAD. Proverbios 16:18-19 Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. 19. Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios. Si quieres quebrantamiento y quieres caída, sigue en tu altivez de espíritu. Filipenses 2:5-8 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6. el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7. sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8. y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Vemos como Jesús era humilde, el Hijo de Dios, se humilló a sí mismo. Tenemos que humillarnos a nosotros mismos. Humíllate a ti mismo para que puedas vivir en el reino de absoluta provisión, de absoluto favor y gracia. Continúa la Escritura en: Filipenses 2:9-11 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10. para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11. y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Lucifer se exaltó a sí mismo y cayó. Jesús se humilló y fue exaltado. Proverbios 22:4 Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová. Remuneración es una recompensa un premio por ser humilde; riquezas, honra y vida son las recompensas. Estas leyes, estos principios del reino, sí funcionan. Nos gusta mucho cuando la gente nos respeta y habla bien de nosotros, ¡verdad! ¿Quieres honra? Humildad es el camino. El reino de Dios funciona diferente que el reino de oscuridad. La falta de humildad hará corto circuito con cualquier otro principio del reino, por eso tenemos que aprenderlo primero. Hay personas que diezman y están en ruina económica, quizá dirás: “pero, ¿por qué Hno. Victor? Si la Biblia dice, que si diezmamos, Dios va abrir los cielos”, tal vez no reciben porque son orgullosos. Porque si tú estás diezmando fielmente al Señor y viviendo en los principios del reino, tú no puedes estar en pobreza, tal vez no tengamos millones, pero vas a tener lo suficiente para tus necesidades y para dar al reino de Dios y vivir relajado, sin temor que el que está tocando la puerta, viene para llevar tu sofá, tu refrigerador, tu carro, tus zapatos, tus pantalones, ¡nooo! Hay que aprender a vivir en el reino de Dios, creer lo que dice la Escritura de este reino. Vivir conforme a sus principios y leyes y ser una persona diferente a los demás. Yo no quiero ser igual a los demás, quiero ser un buen ciudadano del reino de los cielos. Los que somos ciudadanos del reino de los cielos, somos diferentes y los del mundo nos identifican. La mayor parte de la gente que no conocen a Jesús, aman la maldad más que a Dios, no quieren dejar sus pecados. Han tomado la decisión de seguir sus malos caminos. Tratan de convencerse que no son tan malos, haciendo buenas obras, pero están totalmente engañados, la sangre de Jesucristo es lo único que nos puede limpiar de todo pecado. Jamás de los jamases permitas que tu corazón desee ser como los del reino de oscuridad. Quizás digas: “Estoy cansado de que se burlen de mí…”, tú eres fuerte en Dios, sólo cree en su Palabra, no desistas. Nada de lo que te digan te está haciendo daño realmente, métete más adentro del reino de los cielos para que seas diferente. No te preocupes por lo que van a pensar… ¡lánzate! Mateo 11:12 “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. ¿Cuáles violentos? Los violentos espirituales los que están dispuestos a establecer el reino en sus vidas y entorno. ¡El reino de los cielos es real!
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La Ley de la humildad La semana pasada comenzamos esta serie y vimos aspectos relevantes del Reino de los cielos:
Jesús dijo que el reino de Dios, está entre nosotros aquí y ahora. También dijimos que tiene principios o leyes, que quien camina en ellos experimentará una vida de bendición. La constitución del reino de Dios, nos habla de una virtud que es sobre todas las demás, la humildad. El principio de humildad o la ley de humildad, es un principio en el cual debemos aprender a vivir. Alguien pudiera decir: “eso no me parece poderoso”. Eso piensan algunos, porque no entienden el reino de Dios; en el reino de Dios si quieres subir, primero tienes que bajar. En el reino de Dios si quieres ser importante, alguien grande, tienes que ser como un niño. Alguien puede preguntar, ¿cómo puede la humildad ser el cimiento de felicidad, prosperidad y satisfacción en la vida? Santiago 4:6(b) nos dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. ¿A quién resiste? A los soberbios ¿A quién da gracia? A los humildes Activamente Dios se mueve en contra del soberbio y activamente obra a favor del humilde, Él da gracia a los humildes. “Humildad es la capacidad que tiene una persona para aprender de todos y además que se siga comportando con la misma sencillez y modestia”. Humildad es lo contrario a soberbia, al soberbio ya no hay nada que enseñarle, lo sabe todo, o cree, que lo sabe todo. Los humildes son grandes porque se superan día a día sin vanagloriarse en su crecimiento. Creo que muchas veces la manera que entendemos algo es viendo lo opuesto. Piensa, ¿qué es la soberbia?, es orgullo y altivez, que es lo opuesto a la humildad, entonces con más facilidad entendemos lo que es humildad. Dios insiste que seamos humildes si vamos a recibir su favor y bendición. De otra manera, si no somos humildes Dios está en nuestra contra. Hay personas que han recibido a Jesús, pero no son humildes, todavía hay altivez de espíritu, todavía hay orgullo en sus vidas y nada les sale bien y cuando oyen los testimonios de personas que están siendo bendecidos, piensan: “eso no es cierto”. Pero ellos no han aprendido este primer principio del reino… HUMILDAD. Proverbios 16:18-19 Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. 19. Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios. Si quieres quebrantamiento y quieres caída, sigue en tu altivez de espíritu. Filipenses 2:5-8 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6. el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7. sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8. y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Vemos como Jesús era humilde, el Hijo de Dios, se humilló a sí mismo. Tenemos que humillarnos a nosotros mismos. Humíllate a ti mismo para que puedas vivir en el reino de absoluta provisión, de absoluto favor y gracia. Continúa la Escritura en: Filipenses 2:9-11 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10. para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11. y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Lucifer se exaltó a sí mismo y cayó. Jesús se humilló y fue exaltado. Proverbios 22:4 Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová. Remuneración es una recompensa un premio por ser humilde; riquezas, honra y vida son las recompensas. Estas leyes, estos principios del reino, sí funcionan. Nos gusta mucho cuando la gente nos respeta y habla bien de nosotros, ¡verdad! ¿Quieres honra? Humildad es el camino. El reino de Dios funciona diferente que el reino de oscuridad. La falta de humildad hará corto circuito con cualquier otro principio del reino, por eso tenemos que aprenderlo primero. Hay personas que diezman y están en ruina económica, quizá dirás: “pero, ¿por qué Hno. Victor? Si la Biblia dice, que si diezmamos, Dios va abrir los cielos”, tal vez no reciben porque son orgullosos. Porque si tú estás diezmando fielmente al Señor y viviendo en los principios del reino, tú no puedes estar en pobreza, tal vez no tengamos millones, pero vas a tener lo suficiente para tus necesidades y para dar al reino de Dios y vivir relajado, sin temor que el que está tocando la puerta, viene para llevar tu sofá, tu refrigerador, tu carro, tus zapatos, tus pantalones, ¡nooo! Hay que aprender a vivir en el reino de Dios, creer lo que dice la Escritura de este reino. Vivir conforme a sus principios y leyes y ser una persona diferente a los demás. Yo no quiero ser igual a los demás, quiero ser un buen ciudadano del reino de los cielos. Los que somos ciudadanos del reino de los cielos, somos diferentes y los del mundo nos identifican. La mayor parte de la gente que no conocen a Jesús, aman la maldad más que a Dios, no quieren dejar sus pecados. Han tomado la decisión de seguir sus malos caminos. Tratan de convencerse que no son tan malos, haciendo buenas obras, pero están totalmente engañados, la sangre de Jesucristo es lo único que nos puede limpiar de todo pecado. Jamás de los jamases permitas que tu corazón desee ser como los del reino de oscuridad. Quizás digas: “Estoy cansado de que se burlen de mí…”, tú eres fuerte en Dios, sólo cree en su Palabra, no desistas. Nada de lo que te digan te está haciendo daño realmente, métete más adentro del reino de los cielos para que seas diferente. No te preocupes por lo que van a pensar… ¡lánzate! Mateo 11:12 “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. ¿Cuáles violentos? Los violentos espirituales los que están dispuestos a establecer el reino en sus vidas y entorno. ¡El reino de los cielos es real!
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La Ley de la humildad La semana pasada comenzamos esta serie y vimos aspectos relevantes del Reino de los cielos:
Jesús dijo que el reino de Dios, está entre nosotros aquí y ahora. También dijimos que tiene principios o leyes, que quien camina en ellos experimentará una vida de bendición. La constitución del reino de Dios, nos habla de una virtud que es sobre todas las demás, la humildad. El principio de humildad o la ley de humildad, es un principio en el cual debemos aprender a vivir. Alguien pudiera decir: “eso no me parece poderoso”. Eso piensan algunos, porque no entienden el reino de Dios; en el reino de Dios si quieres subir, primero tienes que bajar. En el reino de Dios si quieres ser importante, alguien grande, tienes que ser como un niño. Alguien puede preguntar, ¿cómo puede la humildad ser el cimiento de felicidad, prosperidad y satisfacción en la vida? Santiago 4:6(b) nos dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. ¿A quién resiste? A los soberbios ¿A quién da gracia? A los humildes Activamente Dios se mueve en contra del soberbio y activamente obra a favor del humilde, Él da gracia a los humildes. “Humildad es la capacidad que tiene una persona para aprender de todos y además que se siga comportando con la misma sencillez y modestia”. Humildad es lo contrario a soberbia, al soberbio ya no hay nada que enseñarle, lo sabe todo, o cree, que lo sabe todo. Los humildes son grandes porque se superan día a día sin vanagloriarse en su crecimiento. Creo que muchas veces la manera que entendemos algo es viendo lo opuesto. Piensa, ¿qué es la soberbia?, es orgullo y altivez, que es lo opuesto a la humildad, entonces con más facilidad entendemos lo que es humildad. Dios insiste que seamos humildes si vamos a recibir su favor y bendición. De otra manera, si no somos humildes Dios está en nuestra contra. Hay personas que han recibido a Jesús, pero no son humildes, todavía hay altivez de espíritu, todavía hay orgullo en sus vidas y nada les sale bien y cuando oyen los testimonios de personas que están siendo bendecidos, piensan: “eso no es cierto”. Pero ellos no han aprendido este primer principio del reino… HUMILDAD. Proverbios 16:18-19 Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. 19. Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios. Si quieres quebrantamiento y quieres caída, sigue en tu altivez de espíritu. Filipenses 2:5-8 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6. el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7. sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8. y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Vemos como Jesús era humilde, el Hijo de Dios, se humilló a sí mismo. Tenemos que humillarnos a nosotros mismos. Humíllate a ti mismo para que puedas vivir en el reino de absoluta provisión, de absoluto favor y gracia. Continúa la Escritura en: Filipenses 2:9-11 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10. para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11. y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Lucifer se exaltó a sí mismo y cayó. Jesús se humilló y fue exaltado. Proverbios 22:4 Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová. Remuneración es una recompensa un premio por ser humilde; riquezas, honra y vida son las recompensas. Estas leyes, estos principios del reino, sí funcionan. Nos gusta mucho cuando la gente nos respeta y habla bien de nosotros, ¡verdad! ¿Quieres honra? Humildad es el camino. El reino de Dios funciona diferente que el reino de oscuridad. La falta de humildad hará corto circuito con cualquier otro principio del reino, por eso tenemos que aprenderlo primero. Hay personas que diezman y están en ruina económica, quizá dirás: “pero, ¿por qué Hno. Victor? Si la Biblia dice, que si diezmamos, Dios va abrir los cielos”, tal vez no reciben porque son orgullosos. Porque si tú estás diezmando fielmente al Señor y viviendo en los principios del reino, tú no puedes estar en pobreza, tal vez no tengamos millones, pero vas a tener lo suficiente para tus necesidades y para dar al reino de Dios y vivir relajado, sin temor que el que está tocando la puerta, viene para llevar tu sofá, tu refrigerador, tu carro, tus zapatos, tus pantalones, ¡nooo! Hay que aprender a vivir en el reino de Dios, creer lo que dice la Escritura de este reino. Vivir conforme a sus principios y leyes y ser una persona diferente a los demás. Yo no quiero ser igual a los demás, quiero ser un buen ciudadano del reino de los cielos. Los que somos ciudadanos del reino de los cielos, somos diferentes y los del mundo nos identifican. La mayor parte de la gente que no conocen a Jesús, aman la maldad más que a Dios, no quieren dejar sus pecados. Han tomado la decisión de seguir sus malos caminos. Tratan de convencerse que no son tan malos, haciendo buenas obras, pero están totalmente engañados, la sangre de Jesucristo es lo único que nos puede limpiar de todo pecado. Jamás de los jamases permitas que tu corazón desee ser como los del reino de oscuridad. Quizás digas: “Estoy cansado de que se burlen de mí…”, tú eres fuerte en Dios, sólo cree en su Palabra, no desistas. Nada de lo que te digan te está haciendo daño realmente, métete más adentro del reino de los cielos para que seas diferente. No te preocupes por lo que van a pensar… ¡lánzate! Mateo 11:12 “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. ¿Cuáles violentos? Los violentos espirituales los que están dispuestos a establecer el reino en sus vidas y entorno. ¡El reino de los cielos es real!
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