• INICIO
• TIENDA
• VIDEO

¡Cambio!

Por: Hno. Victor Richards
Publicado el:
Martes 26 de Mayo, 2015

Vivimos sin duda, en tiempos de cambio. Nuestro planeta está experimentando cambios climatológicos que nos espantan y sin duda son apocalípticos. La política, las finanzas y la sociedad también están cambiando. En el libro de Hechos leemos de muchísimos cambios. Uno muy notable se reporta en Hechos 10. Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en la cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.

Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tu común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. (vv. 9-16). ¡Creo que Pedro estaba espantado! Su mente sin duda le hizo recordar las Escrituras en Levítico 11. Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande sobre sus garras… Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana según su especie, el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón.

Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven… (vv. 27, 29-31). Dios, quien había declarado que estos animales eran inmundos ahora le está ordenando comerlos, y la misma voz dijo que los había limpiado. ¿Dios había cambiado su manera de pensar? Y luego… Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí a los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. (vv. 17,19-20) Al descender de la azotea, Pedro encuentra a unos gentiles.

Y Dios quiere que él, un judío, vaya con ellos sin duda alguna. Yo no creo que nosotros podamos comprender la magnitud del cambio que Pedro estaba confrontando, ni la magnitud del cambio que vino al mundo a través de su obediencia al hacer cambios. Seguramente habría quienes llamarían su visión, una visión del diablo. Seguramente él pagaría un alto precio por su obediencia. Alguien pudiera preguntar: "¿Ha cambiado Dios?" ¡Yo creía que Dios nunca cambia! ¿No ha dicho Dios mismo en Malaquías 3:6 "Yo, Jehová no cambio"? ¿Qué pues podemos decir? ¡En su naturaleza, carácter y santidad Dios no puede cambiar nunca jamás! Pero en su trato misericordioso con la humanidad, Él ha cambiado y continúa cambiando.

Sin embargo, Él trató con Adán de una manera, con Abraham de otra, con Moisés aun de otra manera, y con David de otra. A los que vinieron antes que Cristo fuera revelado en la carne, Dios los trató de un modo diferente a como trató a los que vinieron después. En el caso de este último cambio, los fariseos y saduceos no podían o no querían el cambio, abrazando su talmud (tradiciones) en vez de su torah (La Palabra de Dios) y ellos así no reconocieron su día de Visitación. Conforme a las palabras que dice Jesús, ellos pagaron caro por no hacer el cambio: Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, Y te derribarán a tierra y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación (Lucas 19:41-44). Por no hacer el cambio han pasado ya cerca de 2000 años de sufrimiento. Dios cambió lo que había dicho a Ezequías: En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte.

Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás (2 Reyes 20:1). El rey oró y rogó a Dios… Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y añadiré a tus días quince años… (vv. 4-6). La naturaleza misericordiosa de Dios no cambió, pero Dios cambió su decisión. Podemos pedir cambio de nuestro Dios, aun cuando Él ha decidido enviar juicio. Podemos pedir misericordia y avivamiento sobre una iglesia y una nación que no lo merece.

Pero al hacerlo, debemos estar preparados para el cambio radical. Leemos en Éxodo 32. Dijo mas Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande. Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh, Jehová, ¿Por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo (vv. 9-12). ¡Moisés pide a Jehová que se arrepienta! Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo. (vv. 13:14).

¡Qué precioso Señor! ¡Qué amor! ¡Qué ternura! ¡Qué compasión! ¡Qué cambio! Nuestro problema con el cambio es el resultado de la teología de la Reforma. Nos resistimos al cambio porque creemos que Dios nunca hace algo fresco,creemos que todo ya sucedió y que no podemos esperar cosas nuevas. Amados, todo lo que está vivo está cambiando continuamente. Nuestra piel es nueva cada mes, nuestro hígado se renueva cada seis semanas, y nuestro cerebro cada doce meses. Isaías escribió: He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo las haré notorias (Isaías 42:9).

Nos os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva;pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad (Isaías 43:18-19). …ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultar que tu no sabías. Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía. Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido…(Isaías 48:6-8). Hasta hay un concepto científico nuevo, llamado el Factor Fractal. Han descubierto que todo lo que está vivo está en constante cambio dentro de ciertos limites (nosotros sabemos que Dios ha marcado esos límites). Esto incluye plantas, animales, el universo, la iglesia, a ti y a mí. Cuando un avivamiento o una visitación del Espíritu Santo viene al pueblo, viene cambio.

El cambio causa crisis o quizá sea la crisis de una iglesia apática, atada por tradiciones de los hombres impotentes e ineficaces que provoca el cambio que viene como resultado de una poderosa visitación del Espíritu de Dios. El pueblo de Dios ha pedido avivamiento y aviamiento ha llegado. Siendo que los avivamientos son inyecciones de vida en la iglesia no hay dos exactamente iguales.

El avivamiento en Gales en 1902 y el de Los Ángeles, California en 1906 no fueron idénticos, ni es idéntico el de la China actual con aquellos anteriores. Los avivamientos de las primeras décadas de los 1900 con tan grandes hombres y mujeres de Dios como Smith Wigglesworth, Bacht Singh, María Woodworth y D. L. Moody;no fueron como los de los años 1750 con Juan Wesley, Jorge Whitfield y Jonathan Edwards. Ni fueron estos idénticos a los de los 1800 con Barton Stone, Charles Finney, Peter Cartwright y Jeremías Lamphier. No existe un patrón exacto para estas visitaciones del Espíritu Santo, pero sin duda, son del Espíritu Santo y deben ser abrazados por la iglesia si vamos a poder demostrar Su vida al mundo perdido. Si insistimos que este actual avivamiento sea idéntico a uno del pasado, seremos grandemente desilusionados, dejados atrás y muchas almas serán innecesariamente perdidas.

¡Tenemos que abrirnos al cambio! Durante la vida de una Visitación específica habrá cambio. No será lo mismo año tras año. En Vino Nuevo donde sirvo como uno de los pastores mayores, estamos viendo gran cambio en la visitación del Espíritu Santo. En cuanto a las manifestaciones visibles, hay mucho menos risa, mas llanto y muchísimos más gemidos de intercesión con contracciones y dolores de parto por los perdidos.

Dios me ha mostrado que un gran avivamiento viene a la juventud mexicana que sobrepasará el impacto que tuvo el "Jesús Movement" (El Movimiento de Jesús) de los 70’s en varios países. ¡Cambios! ¡Cambios! Él esta confiado en nosotros para que hagamos guerra espiritual con mayor conocimiento, efectividad e intensidad. ¡Avivamiento traerá buenos cambios! Hay cambio en el mundo espiritual alrededor del globo terráqueo. Dios está preparando a los que están dispuestos a Sus cambios para salir y recoger la gran cosecha. Es un tiempo intenso. Un tiempo cuando nuestros corazones serán probados. ¿Responderá usted como San Pedro en la azotea o como los fariseos de Jerusalén? La elección es suya… ¡escoja con cuidado! Víctor Richards.

Ver Mas

¡Cambio!

Por: Hno. Victor Richards

Publicado el:
Martes 26 de Mayo, 2015

Vivimos sin duda, en tiempos de cambio. Nuestro planeta está experimentando cambios climatológicos que nos espantan y sin duda son apocalípticos. La política, las finanzas y la sociedad también están cambiando. En el libro de Hechos leemos de muchísimos cambios. Uno muy notable se reporta en Hechos 10. Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en la cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.

Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tu común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. (vv. 9-16). ¡Creo que Pedro estaba espantado! Su mente sin duda le hizo recordar las Escrituras en Levítico 11. Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande sobre sus garras… Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana según su especie, el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón.

Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven… (vv. 27, 29-31). Dios, quien había declarado que estos animales eran inmundos ahora le está ordenando comerlos, y la misma voz dijo que los había limpiado. ¿Dios había cambiado su manera de pensar? Y luego… Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí a los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. (vv. 17,19-20) Al descender de la azotea, Pedro encuentra a unos gentiles.

Y Dios quiere que él, un judío, vaya con ellos sin duda alguna. Yo no creo que nosotros podamos comprender la magnitud del cambio que Pedro estaba confrontando, ni la magnitud del cambio que vino al mundo a través de su obediencia al hacer cambios. Seguramente habría quienes llamarían su visión, una visión del diablo. Seguramente él pagaría un alto precio por su obediencia. Alguien pudiera preguntar: "¿Ha cambiado Dios?" ¡Yo creía que Dios nunca cambia! ¿No ha dicho Dios mismo en Malaquías 3:6 "Yo, Jehová no cambio"? ¿Qué pues podemos decir? ¡En su naturaleza, carácter y santidad Dios no puede cambiar nunca jamás! Pero en su trato misericordioso con la humanidad, Él ha cambiado y continúa cambiando.

Sin embargo, Él trató con Adán de una manera, con Abraham de otra, con Moisés aun de otra manera, y con David de otra. A los que vinieron antes que Cristo fuera revelado en la carne, Dios los trató de un modo diferente a como trató a los que vinieron después. En el caso de este último cambio, los fariseos y saduceos no podían o no querían el cambio, abrazando su talmud (tradiciones) en vez de su torah (La Palabra de Dios) y ellos así no reconocieron su día de Visitación. Conforme a las palabras que dice Jesús, ellos pagaron caro por no hacer el cambio: Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, Y te derribarán a tierra y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación (Lucas 19:41-44). Por no hacer el cambio han pasado ya cerca de 2000 años de sufrimiento. Dios cambió lo que había dicho a Ezequías: En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte.

Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás (2 Reyes 20:1). El rey oró y rogó a Dios… Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y añadiré a tus días quince años… (vv. 4-6). La naturaleza misericordiosa de Dios no cambió, pero Dios cambió su decisión. Podemos pedir cambio de nuestro Dios, aun cuando Él ha decidido enviar juicio. Podemos pedir misericordia y avivamiento sobre una iglesia y una nación que no lo merece.

Pero al hacerlo, debemos estar preparados para el cambio radical. Leemos en Éxodo 32. Dijo mas Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande. Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh, Jehová, ¿Por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo (vv. 9-12). ¡Moisés pide a Jehová que se arrepienta! Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo. (vv. 13:14).

¡Qué precioso Señor! ¡Qué amor! ¡Qué ternura! ¡Qué compasión! ¡Qué cambio! Nuestro problema con el cambio es el resultado de la teología de la Reforma. Nos resistimos al cambio porque creemos que Dios nunca hace algo fresco,creemos que todo ya sucedió y que no podemos esperar cosas nuevas. Amados, todo lo que está vivo está cambiando continuamente. Nuestra piel es nueva cada mes, nuestro hígado se renueva cada seis semanas, y nuestro cerebro cada doce meses. Isaías escribió: He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo las haré notorias (Isaías 42:9).

Nos os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva;pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad (Isaías 43:18-19). …ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultar que tu no sabías. Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía. Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido…(Isaías 48:6-8). Hasta hay un concepto científico nuevo, llamado el Factor Fractal. Han descubierto que todo lo que está vivo está en constante cambio dentro de ciertos limites (nosotros sabemos que Dios ha marcado esos límites). Esto incluye plantas, animales, el universo, la iglesia, a ti y a mí. Cuando un avivamiento o una visitación del Espíritu Santo viene al pueblo, viene cambio.

El cambio causa crisis o quizá sea la crisis de una iglesia apática, atada por tradiciones de los hombres impotentes e ineficaces que provoca el cambio que viene como resultado de una poderosa visitación del Espíritu de Dios. El pueblo de Dios ha pedido avivamiento y aviamiento ha llegado. Siendo que los avivamientos son inyecciones de vida en la iglesia no hay dos exactamente iguales.

El avivamiento en Gales en 1902 y el de Los Ángeles, California en 1906 no fueron idénticos, ni es idéntico el de la China actual con aquellos anteriores. Los avivamientos de las primeras décadas de los 1900 con tan grandes hombres y mujeres de Dios como Smith Wigglesworth, Bacht Singh, María Woodworth y D. L. Moody;no fueron como los de los años 1750 con Juan Wesley, Jorge Whitfield y Jonathan Edwards. Ni fueron estos idénticos a los de los 1800 con Barton Stone, Charles Finney, Peter Cartwright y Jeremías Lamphier. No existe un patrón exacto para estas visitaciones del Espíritu Santo, pero sin duda, son del Espíritu Santo y deben ser abrazados por la iglesia si vamos a poder demostrar Su vida al mundo perdido. Si insistimos que este actual avivamiento sea idéntico a uno del pasado, seremos grandemente desilusionados, dejados atrás y muchas almas serán innecesariamente perdidas.

¡Tenemos que abrirnos al cambio! Durante la vida de una Visitación específica habrá cambio. No será lo mismo año tras año. En Vino Nuevo donde sirvo como uno de los pastores mayores, estamos viendo gran cambio en la visitación del Espíritu Santo. En cuanto a las manifestaciones visibles, hay mucho menos risa, mas llanto y muchísimos más gemidos de intercesión con contracciones y dolores de parto por los perdidos.

Dios me ha mostrado que un gran avivamiento viene a la juventud mexicana que sobrepasará el impacto que tuvo el "Jesús Movement" (El Movimiento de Jesús) de los 70’s en varios países. ¡Cambios! ¡Cambios! Él esta confiado en nosotros para que hagamos guerra espiritual con mayor conocimiento, efectividad e intensidad. ¡Avivamiento traerá buenos cambios! Hay cambio en el mundo espiritual alrededor del globo terráqueo. Dios está preparando a los que están dispuestos a Sus cambios para salir y recoger la gran cosecha. Es un tiempo intenso. Un tiempo cuando nuestros corazones serán probados. ¿Responderá usted como San Pedro en la azotea o como los fariseos de Jerusalén? La elección es suya… ¡escoja con cuidado! Víctor Richards.

Ver Mas

¡Cambio!

Por: Hno. Victor Richards
Martes 26 de Mayo, 2015

Vivimos sin duda, en tiempos de cambio. Nuestro planeta está experimentando cambios climatológicos que nos espantan y sin duda son apocalípticos. La política, las finanzas y la sociedad también están cambiando. En el libro de Hechos leemos de muchísimos cambios. Uno muy notable se reporta en Hechos 10. Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en la cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.

Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tu común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. (vv. 9-16). ¡Creo que Pedro estaba espantado! Su mente sin duda le hizo recordar las Escrituras en Levítico 11. Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande sobre sus garras… Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana según su especie, el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón.

Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven… (vv. 27, 29-31). Dios, quien había declarado que estos animales eran inmundos ahora le está ordenando comerlos, y la misma voz dijo que los había limpiado. ¿Dios había cambiado su manera de pensar? Y luego… Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí a los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. (vv. 17,19-20) Al descender de la azotea, Pedro encuentra a unos gentiles.

Y Dios quiere que él, un judío, vaya con ellos sin duda alguna. Yo no creo que nosotros podamos comprender la magnitud del cambio que Pedro estaba confrontando, ni la magnitud del cambio que vino al mundo a través de su obediencia al hacer cambios. Seguramente habría quienes llamarían su visión, una visión del diablo. Seguramente él pagaría un alto precio por su obediencia. Alguien pudiera preguntar: "¿Ha cambiado Dios?" ¡Yo creía que Dios nunca cambia! ¿No ha dicho Dios mismo en Malaquías 3:6 "Yo, Jehová no cambio"? ¿Qué pues podemos decir? ¡En su naturaleza, carácter y santidad Dios no puede cambiar nunca jamás! Pero en su trato misericordioso con la humanidad, Él ha cambiado y continúa cambiando.

Sin embargo, Él trató con Adán de una manera, con Abraham de otra, con Moisés aun de otra manera, y con David de otra. A los que vinieron antes que Cristo fuera revelado en la carne, Dios los trató de un modo diferente a como trató a los que vinieron después. En el caso de este último cambio, los fariseos y saduceos no podían o no querían el cambio, abrazando su talmud (tradiciones) en vez de su torah (La Palabra de Dios) y ellos así no reconocieron su día de Visitación. Conforme a las palabras que dice Jesús, ellos pagaron caro por no hacer el cambio: Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, Y te derribarán a tierra y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación (Lucas 19:41-44). Por no hacer el cambio han pasado ya cerca de 2000 años de sufrimiento. Dios cambió lo que había dicho a Ezequías: En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte.

Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás (2 Reyes 20:1). El rey oró y rogó a Dios… Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y añadiré a tus días quince años… (vv. 4-6). La naturaleza misericordiosa de Dios no cambió, pero Dios cambió su decisión. Podemos pedir cambio de nuestro Dios, aun cuando Él ha decidido enviar juicio. Podemos pedir misericordia y avivamiento sobre una iglesia y una nación que no lo merece.

Pero al hacerlo, debemos estar preparados para el cambio radical. Leemos en Éxodo 32. Dijo mas Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande. Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh, Jehová, ¿Por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo (vv. 9-12). ¡Moisés pide a Jehová que se arrepienta! Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo. (vv. 13:14).

¡Qué precioso Señor! ¡Qué amor! ¡Qué ternura! ¡Qué compasión! ¡Qué cambio! Nuestro problema con el cambio es el resultado de la teología de la Reforma. Nos resistimos al cambio porque creemos que Dios nunca hace algo fresco,creemos que todo ya sucedió y que no podemos esperar cosas nuevas. Amados, todo lo que está vivo está cambiando continuamente. Nuestra piel es nueva cada mes, nuestro hígado se renueva cada seis semanas, y nuestro cerebro cada doce meses. Isaías escribió: He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo las haré notorias (Isaías 42:9).

Nos os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva;pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad (Isaías 43:18-19). …ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultar que tu no sabías. Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía. Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido…(Isaías 48:6-8). Hasta hay un concepto científico nuevo, llamado el Factor Fractal. Han descubierto que todo lo que está vivo está en constante cambio dentro de ciertos limites (nosotros sabemos que Dios ha marcado esos límites). Esto incluye plantas, animales, el universo, la iglesia, a ti y a mí. Cuando un avivamiento o una visitación del Espíritu Santo viene al pueblo, viene cambio.

El cambio causa crisis o quizá sea la crisis de una iglesia apática, atada por tradiciones de los hombres impotentes e ineficaces que provoca el cambio que viene como resultado de una poderosa visitación del Espíritu de Dios. El pueblo de Dios ha pedido avivamiento y aviamiento ha llegado. Siendo que los avivamientos son inyecciones de vida en la iglesia no hay dos exactamente iguales.

El avivamiento en Gales en 1902 y el de Los Ángeles, California en 1906 no fueron idénticos, ni es idéntico el de la China actual con aquellos anteriores. Los avivamientos de las primeras décadas de los 1900 con tan grandes hombres y mujeres de Dios como Smith Wigglesworth, Bacht Singh, María Woodworth y D. L. Moody;no fueron como los de los años 1750 con Juan Wesley, Jorge Whitfield y Jonathan Edwards. Ni fueron estos idénticos a los de los 1800 con Barton Stone, Charles Finney, Peter Cartwright y Jeremías Lamphier. No existe un patrón exacto para estas visitaciones del Espíritu Santo, pero sin duda, son del Espíritu Santo y deben ser abrazados por la iglesia si vamos a poder demostrar Su vida al mundo perdido. Si insistimos que este actual avivamiento sea idéntico a uno del pasado, seremos grandemente desilusionados, dejados atrás y muchas almas serán innecesariamente perdidas.

¡Tenemos que abrirnos al cambio! Durante la vida de una Visitación específica habrá cambio. No será lo mismo año tras año. En Vino Nuevo donde sirvo como uno de los pastores mayores, estamos viendo gran cambio en la visitación del Espíritu Santo. En cuanto a las manifestaciones visibles, hay mucho menos risa, mas llanto y muchísimos más gemidos de intercesión con contracciones y dolores de parto por los perdidos.

Dios me ha mostrado que un gran avivamiento viene a la juventud mexicana que sobrepasará el impacto que tuvo el "Jesús Movement" (El Movimiento de Jesús) de los 70’s en varios países. ¡Cambios! ¡Cambios! Él esta confiado en nosotros para que hagamos guerra espiritual con mayor conocimiento, efectividad e intensidad. ¡Avivamiento traerá buenos cambios! Hay cambio en el mundo espiritual alrededor del globo terráqueo. Dios está preparando a los que están dispuestos a Sus cambios para salir y recoger la gran cosecha. Es un tiempo intenso. Un tiempo cuando nuestros corazones serán probados. ¿Responderá usted como San Pedro en la azotea o como los fariseos de Jerusalén? La elección es suya… ¡escoja con cuidado! Víctor Richards.

Ver Mas