Revolución | |||||||
Según el diccionario, "revolución" significa: 1. La derrota total de un orden establecido (social, eclesiástico, gubernamental u otro). 2. Un cambio completo. 3. Un cambio radical. Me pudieran preguntar, ¿por qué hablar de revolución en vez avivamiento? Es que cuando Jesús nos aviva, Él nos despierta y nos llena con su Espíritu Santo, llevándonos a anhelar más de su presencia y anhelar ser más como Él, quien fue un revolucionario. Y luego vemos en nuestro derredor y descubrimos que estamos viviendo en una cultura corrompida y viciada a la cual le urge una revolución espiritual… ¡una que tiene que comenzar en nosotros mismos! El orden del reino de oscuridad tiene que ser confrontado por una iglesia saturada por el Espíritu Santo y poder, y a la vez una iglesia dispuesta al conflicto espiritual, una iglesia que no teme la revolución. |
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Según el diccionario, "revolución" significa: 1. La derrota total de un orden establecido (social, eclesiástico, gubernamental u otro). 2. Un cambio completo. 3. Un cambio radical. Me pudieran preguntar, ¿por qué hablar de revolución en vez avivamiento? Es que cuando Jesús nos aviva, Él nos despierta y nos llena con su Espíritu Santo, llevándonos a anhelar más de su presencia y anhelar ser más como Él, quien fue un revolucionario. Y luego vemos en nuestro derredor y descubrimos que estamos viviendo en una cultura corrompida y viciada a la cual le urge una revolución espiritual… ¡una que tiene que comenzar en nosotros mismos! El orden del reino de oscuridad tiene que ser confrontado por una iglesia saturada por el Espíritu Santo y poder, y a la vez una iglesia dispuesta al conflicto espiritual, una iglesia que no teme la revolución. |
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Según el diccionario, "revolución" significa: 1. La derrota total de un orden establecido (social, eclesiástico, gubernamental u otro). 2. Un cambio completo. 3. Un cambio radical. Me pudieran preguntar, ¿por qué hablar de revolución en vez avivamiento? Es que cuando Jesús nos aviva, Él nos despierta y nos llena con su Espíritu Santo, llevándonos a anhelar más de su presencia y anhelar ser más como Él, quien fue un revolucionario. Y luego vemos en nuestro derredor y descubrimos que estamos viviendo en una cultura corrompida y viciada a la cual le urge una revolución espiritual… ¡una que tiene que comenzar en nosotros mismos! El orden del reino de oscuridad tiene que ser confrontado por una iglesia saturada por el Espíritu Santo y poder, y a la vez una iglesia dispuesta al conflicto espiritual, una iglesia que no teme la revolución. |
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