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 Por: Hno. Victor Richards
Publicado el:
Martes 5 de Mayo, 2015
Escrito el:
Martes 27 de Octubre, 2015
En estos días de apostasía y de restauración escuchamos a menudo el término "una Visitación del Señor". ¿Qué es y cómo podemos identificarla? Primero establezcamos la realidad de que el Señor sí visita a Su Pueblo. Las palabras "visitación" y "visitar" en sus distintas formas se encuentran aproximadamente ochenta y cinco veces en la Biblia, y más de la mitad son visitaciones de Dios. Es decir, es algo más que Su Omnipresencia; es cuando Él viene de una manera patente. A veces, estas visitaciones son para bendecir y a veces para juzgar la maldad. Algunos ejemplos son: El Señor visitó a Sara, a Su Pueblo en Egipto, a Ana la madre de Samuel, a Jerusalén en los días de Jesús, etc.
¿Cómo podemos estar seguros que lo que estamos experimentando hoy es efectivamente una auténtica Visitación de Dios? ¡Hemos de discernirla a la luz de la Biblia! Pensemos en la promesa de Dios en Hechos 3. Pedro está predicando a la multitud que se ha congregado después de la curación del cojo en la puerta del templo. Pedro les dijo: "negasteis al Santo y Justo" y "matasteis al autor de la vida" y luego les llama al arrepentimiento y profetiza algo que era para el futuro y que aún está siendo cumplido. "Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien dé cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempo de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo." Hechos 3:19-21. Notemos que él (Pedro) señala "que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio" y "tiempos de la restauración". Estos son tiempos especiales cuando Dios visita a su pueblo, lo que llamamos una Visitación del Señor. ¡Una Visitación de Dios trae tiempos de refrigerio y restauración! El profeta Joel habla de una visitación cuando él declara en Joel 2:25-26: "Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre del Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros, y nunca jamás será mi pueblo avergonzado". ¡Una visitación de Dios es tiempo de restauración, alabanza y maravillas! En Sofonías 2:7 leemos, "Porque Jehová su Dios los visitará, y levantará su cautiverio". Jeremías 24:22 declara, "A Babilonia serán transportados, y allí estarán hasta el día en que yo los visite, dice Jehová, y después los traeré y los restauraré a ese lugar". ¡Una Visitación de Dios es tiempo de liberación!
Actualmente, Dios está visitando a Su pueblo de una manera fresca. Cristianos cansados, secos, desanimados están siendo levantados, restaurados, llenados de gozo ("el gozo del Señor es nuestra fortaleza"). Está sucediendo en derredor del mundo. Miles de pastores agotados han recibido nuevo ánimo para continuar en el ministerio, y lo que es más, nuevo poder para llevar a sus congregaciones hacia adelante. ¡Una visitación renueva fuerzas, dando nuevo poder! La presencia manifiesta del Señor es una marca de esta Visitación. Él es Omnipresente, es decir, que Dios está donde quiera en todo tiempo, pero en tiempos de visitación Él hace Su presencia patente de tal manera que afecta nuestros sentidos. Un mensajero celestial visitó a Daniel y él cayó, boca abajo, a la tierra. Tocado por este ser celestial, sólo pudo ponerse de manos y rodillas temblando, y luego ponerse de pie temblando y sin poder hablar. Hubiera parecido muy extraño si alguien le hubiera visto porque ellos no podían ver al ángel. ¿Qué hubiera dicho usted si hubiera visto a Daniel? ¿Está teniendo un ataque? ¿Esto es provocado por el diablo? ¿Quizá está tomado? Sería fácil equivocarse, ¿verdad?. Saulo de Tarso fue visitado por el Señor Jesús en el camino hacia Damasco y cayó a tierra; se cegó por ver la luz de la gloria del Señor y empezó a hablar al altísimo. Los que le acompañaron no vieron al Señor porque sus ojos no fueron abiertos. Saulo ha de haberles parecido borracho, loco o endemoniado. ¡Qué equivocados hubieran estado si así hubieran juzgado! En este caso ellos mismos estaban sobrecogidos de temor de algo invisible a sus ojos. Cuando la presencia manifiesta del Señor nos visita, ¡habrá reacciones extrañas! ¡En una visitación Él hace su presencia patente de tal manera que muchos ven, oyen, sienten o reaccionan a Su presencia!
Luego viene lo más importante: ¡el fruto! Las manifestaciones de Su presencia no son el fruto; el fruto viene después y es muy bueno. No toda persona experimentará una manifestación interna, pero toda persona sincera y sedienta que aprovecha esta Visitación experimentará nuevo fruto en su vida. Multitudes han sido restaurados a un cristianismo gozoso y vibrante, pastores ha sido restaurados a un ministerio fructífero y poderoso, enfermos han sido sanados, jóvenes se han incendiado con el amor de Cristo y están testificando de Él como nunca antes, evangelismo ha sido restaurado al corazón de multitudes, etc., etc. ¡Una visitación del Señor siempre trae muy buen fruto! Pero lo que recibe cada uno de la visitación depende de cómo uno recibe a la visitación. Jesús habló de un tiempo de visitación. Lo encontramos en Lucas 19:41-44: "Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos, dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación". Y efectivamente, el juicio profetizado cayó sobre ellos setenta años después; el juicio por el cual los judíos siguen sufriendo las consecuencias. ¡Qué triste! "Por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación". Reconocemos que hay muchas personas que son sinceras y aman a Dios que no han abrazado esta Visitación porque sólo han escuchado cosas negativas y desconocidas a su experiencia.
Sin embargo, según los historiadores, siempre ha habido algo de carnalidad, excesos y extremismos en los grandes avivamientos, y esta Visitación no es la exepción. Aparte de los excesos y carnalidad, hay además, personas que están circulando viles mentiras y exageraciones en contra de la Visitación dentro del Cuerpo de Cristo. ¡No permita que ni las mentiras, ni los excesos de algunos le distraigan de buscar más de Dios y de meterse en el Río del Espíritu que está fluyendo! Juan Wesley solía orar, "Señor, envíanos otro avivamiento, pero sin los extremos. Pero Señor, si no podemos tener avivamiento sin los extremos y excesos, entonces ¡envíalo aun con ellos!". Lo que Dios está haciendo no termina con las manifestaciones. Él está elevándonos hacia un gran avivamiento, un tiempo de poderoso evangelismo resultando en que "las eras se llenarán de trigo" (Joel 2:24), es decir, ¡una cosecha sin precedente! Como dicen las Escrituras: "este evangelio será predicado en todo el mundo, y luego el fin" (Mateo 24:14) y también "La siega es el fin del siglo" (Mateo 13:39). El tiempo de "maravillas en el cielo" y "todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo"(Mateo 2:19 y 21) ¡está aquí! ¡Busquemos al Señor con todo nuestro ser! ¡Reconozcamos el tiempo de nuestra Visitación! ¡Así experimentaremos todo lo que Él tiene para nosotros!
¡Que Dios nos bendiga en nuestra búsqueda! "Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano." Isaías 55:6 |
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